Aunque muchos fueron los aplausos para Yalitza Aparicio y Marina de Tavira, lo cierto es que en los últimos meses también hubo un sinfín de comentarios negativos contra las actrices. Esto podría explicarse por el Síndrome de Procusto, por el cual algunos individuos tienden a menospreciar a aquellos por quienes se ven superados.
¿Qué es el Síndrome de Procusto?
Según un estudio publicado por la Universidad de Cracovia, el Síndrome de Procusto implica la comparación de uno mismo con lo que los otros realizan y el éxito que consiguen con ello. Por este motivo, el síndrome se vincula directamente con un sentimiento de envidia y de frustración, al no poder alcanzar las metas propias.
El Síndrome de Procusto afecta no sólo a quien lo vive, sino también a aquellos que lo rodean
- Quien lo padece no logra avanzar con sus metas, pero tampoco permite que los otros lo hagan.
- En ambientes laborales, incluso puede intentar deshacerse de aquellos que consideran su competencia.
¿Cómo detectar a una persona que padece Síndrome de Procusto?
El síndrome se explica por un miedo a ser superado por el otro y se relaciona estrechamente con inseguridades personales. Quienes lo padecen:
- Permanecen a la defensiva: Al sentirse con menos capacidades, ven en el éxito de los otros una seria amenaza a sus actividades.
Rechazan los cambios: La llegada de nuevas personas o la renovación de procesos de trabajo suele implicar nuevos ritmos, que suelen oponerse al cansancio y falta de motivación de aquellos que viven con Síndrome de Procusto.
Se sienten inferiores: A menudo, este tipo de personas suelen pensar que las ideas de los otros opacarán sus propias tareas. Es por ello que tienden a considerar que sus ideas son las únicas válidas o correctas.
Acaparan tareas: Con el fin de que los otros no se luzcan con su trabajo, estos sujetos prefieren hacerlo todo por su cuenta, lo que resulta en una competitividad poco sana.
¿Por qué se llama Síndrome de Procusto?
De acuerdo con la mitología griega, Procusto fue hijo de Poseidón. Era un hombre solitario que brindaba posada a los viajeros. Sin embargo, en el momento en que estos se quedaban dormidos, Procusto procedía a torturarlos y amputarles sus extremidades.
¿Cómo solucionar el Síndrome de Procusto?
Los especialistas indican que se requiere terapia psicológica con el fin de atender aquellas inseguridades que, en algunas ocasiones, pueden haber tenido su origen en la niñez.
Quienes no se alegran por el éxito de los otros podrían haber experimentado falta de reconocimiento durante algún episodio importante en su vida.
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