Los síntomas que la vuelta al trabajo puede generar son falta de apetito, cansancio, fatiga o sueño a todas horas, lo que puede dar lugar a un rendimiento laboral bajo y problemas en el entorno del afectado, como el aumento de discusiones con sus allegados.
El síndrome postvacacional se manifiesta como un malestar físico y emocional a la hora de volver a las obligaciones diarias, que puede generar síntomas como falta de apetito, cansancio, dificultad para concentrarse en las tareas diarias, molestias musculares o dolores de estómago. Si bien el síndrome postvacacional no es una patología como tal, sino un trastorno adaptativo, la persona que lo sufre presenta una sintomatología similar al estrés.
¿Cómo combatirlo?
1. Regresar antes de vacaciones. En primer lugar es muy útil retomar las rutinas y los horarios algunos días antes de volver a trabajar, para que el cambio no resulte tan brusco.
2. Acometer las responsabilidades progresivamente. Una vez de vuelta en el trabajo, se deben acometer las responsabilidades progresivamente. Se pueden ir marcando pequeños objetivos y aumentarlos progresivamente.
3. Empezar o retomar las rutinas deportivas. Es conveniente también empezar o retomar las rutinas deportivas, ya que el deporte genera endorfinas que mejoran el estado de ánimo y reducen el estrés.
4. Dormir lo acostumbrado antes del verano. Con el fin de regular los ciclos de sueño, es importante regular los ritmos de sueño lo antes posible y cumplir con las ocho horas recomendadas.
5. Iniciar nuevas rutinas y actividades fuera de la oficina, con el objetivo de mantener la mente despierta y fomentar las ilusiones y los retos personales, más allá del horario laboral.
Los expertos recuerdan que el síndrome postvacacional no suele durar más de 2 o 3 semanas, y muy pocos casos precisan de ayuda profesional. Pero si los síntomas persistiesen, o llegasen acompañados de depresión, taquicardias o temblores, los expertos de Sanitas recomiendan acudir a un especialista.
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