Hay muchas cosas de los temblores que no sabemos, entre ellas, cuando van a ocurrir. Por ejemplo, después de varios días sin novedad, este 14 de febrero tres microsismos tomaron por sorpresa a algunos habitantes de la Ciudad de México, ya que, debido a la zona de los epicentros, las alarmas no sonaron.
El gobierno capitalino anunció que el origen de los sismos fue en las alcaldías Benito Juárez y Magdalena Contreras, siendo esta última zona la que, desde hace meses, experimenta un enjambre sísmico, es decir, en un breve periodo de tiempo se han presentado varios temblores de baja magnitud.
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Y es que del 3 de diciembre de 2023 al 10 de enero de 2024 al menos 23 movimientos telúricos, con profundidades menores a 1.4 kilómetros y magnitudes de entre 1.1 a 3.2, han afectado esta zona.
¿Cuál es el origen de los sismos?
Recientemente un grupo de investigadores del Instituto de Ingeniería (II) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) detectó lo que podría estar detrás de los constantes temblores registrados en las alcaldías.
Se trata de la una falla geológica bautizada como “Plateros-Mixcoac”. Si bien aún faltan diversas investigaciones para conocer más sobre esta estructura geológica, se ha señalado que actualmente se encuentra muy activa y pasa por cinco colonias de la Ciudad de México: Torres de Mixcoac, San José Insurgentes, Insurgentes Mixcoac, Mixcoac y Unidad Lomas de Plateros.
La falla ya había sido inferida por el geólogo Federico Moser, quien la registró desde 1996 en un mapa geológico de la capital. Esto debido a la geomorfología de la zona, según lo señalado por Alejandro Salazar Méndez, geólogo y divulgador científico egresado del Instituto Politécnico Nacional (IPN) quien dio entrevista para MILENIO.
“La geomorfología de la zona me está diciendo que el río Mixcoac viene de la sierra y tiene una dirección muy lineal. Dentro de la parte de la geomorfología no es normal que los ríos vengan con una dirección lineal, esto tiene que ver con un estructura geológica en la zona, entonces los investigadores ya inferían que seguramente este río está relacionado a una falla”, explica.
¿Sismos más grandes?
No es posible saber si se presentaran o no sismos más grandes, sin embargo, si se puede prever un panorama tomando de referencia el comportamiento detectado en otros enjambres sísmicos que ha experimentado la Ciudad de México.
De acuerdo con el geólogo César Cabrera, quien realiza monitoreo de actividad sísmica y volcánica en el Valle de México, en los últimos cinco años se han presentado cuatro enjambres sísmicos importantes en territorio capitalino.
El de mayor actividad hasta la fecha fue el de 2019, su evento principal fue un sismo de magnitud 3.3.
Le siguen los eventos de mayo de 2023 (asociados a la falla “Barranca del Muerto”) y diciembre 2023-enero 2024, posiblemente relacionados con la falla de Mixcoac.
Al respecto, en su cuenta de X (antes Twitter), el experto añadió que, analizando la secuencia de mayo de 2023 “se puede ver un clímax” luego de que se presentara el sismo de mayor magnitud en la zona (es decir de 3.0).
Posteriormente, a lo largo de los meses, la frecuencia fue disminuyendo “con microsismos esporádicos de magnitud 1.0 a 2.5”.
Esto podría indicar que la serie de sismos recientes —que hasta ahora han tenido su pico más activo entre diciembre 2023 y enero 2024— comience a disminuir paulatinamente como sucedió en la secuencia de mayo (con la falla de Barranca del Muerto) y que los sismos no superen la magnitud de 3.2 registrada el 14 de diciembre de 2023, misma que hasta ahora, ha sido la mayor experimentada en la zona del enjambre.
En tanto, el geólogo Salazar Méndez, alerta que, los enjambres sísmicos no son necesariamente un indicio de que vaya a ocurrir un sismo de mayor magnitud, pero sí “de que se requiere vigilancia y un monitoreo constante por parte de las autoridades y los expertos”.
¿Seguirán los microsismos?
Al encontrarse activa, es probable que la falla de "Plateros- Mixcoac" siga dando de qué hablar. Y es que, de acuerdo con lo explicado por el geólogo Alejandro, aunque la razón exacta no está clara, los enjambres de microsismos pueden durar días, semanas, meses e incluso años. Por ejemplo, en China hubo enjambres de miles de sismos durante dos años en la misma zona.
Cabe señalar que, de acuerdo con él y su colega Luis Antonio Vargas, la secuencia de sismos experimentados en la capital podría estar relacionados con terremotos más intensos que ocurren en otras partes del país.
Por ejemplo, los tres microsismos que ocurrieron el 12 de diciembre en la Ciudad de México (de magnitudes, 2.8, 3 y 2.4) podrían estar relacionados con un terremoto de magnitud 5.7 que ocurrió el 7 de diciembre en la frontera entre los estados de Puebla, Guerrero y Morelos.
La teoría es que algunos terremotos lejanos de gran magnitud (de 5 o 6 en adelante) pueden desestabilizar las fallas dentro del Valle de México. Si estas fallas ya están a punto de romperse, un terremoto lejano podría ser el detonante que las haga colapsar.
Sin embargo, el especialista destaca que cada terremoto y cada enjambre de microsismos tienen su propia historia, por lo que existen varias teorías que intentan explicar qué los provoca. Es por ello que no se puede aplicar una 'regla general' a todas las fallas, ya que cada una tiene sus propias características.
De hecho, de acuerdo con el artículo El Rompecabezas de la Sismicidad del Poniente de la Ciudad de México (2024) algunas de las razones que podrían llegar a activar una falla en el Valle de México son:
- La acumulación de tensión regional
- Hundimiento del Valle de México
- La recarga del acuífero que alimenta a la zona metropolitana (ya que podría originar esfuerzos capaces de inducir los temblores)
¿Por qué se sintieron varios movimientos seguidos?
Los expertos apuntan a que los movimientos de este 14 de febrero, que parecen haberse presentado uno tras otro, están relacionados con “el reacomodo de la falla principal”.
“De forma sencilla se puede entender que este bloque de roca de varios millones de toneladas trata de buscar un punto de equilibrio, deslizándose lo que genera vibraciones en la superficie que se perciben como microsismos”, se lee en la cuenta de X de Salazar Méndez.
LHM