No cabe duda que el universo no deja de sorprendernos y muchas de estas sorpresas vienen desde el interior de nuestra galaxia, tal es el caso de un nuevo modelo de supercomputadora revela las probables ubicaciones originales de Saturno y Júpiter, modificando nuestra comprensión de las fuerzas que determinaron la arquitectura inusual del Sistema Solar y revelando que éste no siempre fue tan único en la galaxia.
En su juventud, nuestro Sol estaba rodeado por un disco giratorio de gas y polvo del que nacieron los planetas. Se pensó que las órbitas de los planetas formados primero inicialmente eran compactas y circulares, pero las interacciones gravitacionales entre los objetos más grandes perturbaron la disposición y causaron que los planetas gigantes se reorganizaran rápidamente, creando la configuración que vemos hoy.
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"Ahora sabemos que hay miles de sistemas planetarios solo en nuestra galaxia, la Vía Láctea", dijo en un comunicado Matt Clement, de Carnegie Science, que dirigió la investigación. "Pero resulta que la disposición de los planetas en nuestro propio Sistema Solar es muy inusual, por lo que estamos usando modelos para realizar ingeniería inversa y replicar sus procesos formativos".
Clement y sus colabordores realizaron 6 mil simulaciones de la evolución de nuestro Sistema Solar, revelando un detalle inesperado sobre la relación original de Júpiter y Saturno.
Se pensaba que Júpiter en su infancia orbitaba al Sol tres veces por cada dos órbitas que completaba Saturno. Pero esta disposición no es capaz de explicar satisfactoriamente la configuración de los planetas gigantes que vemos hoy. Los modelos del equipo mostraron que una proporción de dos órbitas de Júpiter a una órbita de Saturno producía resultados más consistentes que se parecen a nuestra arquitectura planetaria familiar.
Nuestro Sistema Solar es muy especial
"Esto indica que si bien nuestro Sistema Solar es un poco extraño, no siempre fue así", explicó Clement, quien ha presentado el trabajo del equipo en la reunión virtual de la División de Ciencias Planetarias de la Sociedad Astronómica Estadounidense.
"Es más, ahora que hemos establecido la efectividad de este modelo, podemos usarlo para ayudarnos a observar la formación de los planetas terrestres, incluido el nuestro, y quizás para informar nuestra capacidad de buscar sistemas similares en otros lugares que podrían tener el potencial de albergar vida", explicó.
El modelo también mostró que las posiciones de Urano y Neptuno fueron formadas por la masa del cinturón de Kuiper, una región helada en los bordes del Sistema Solar compuesta por planetas enanos y planetoides de los cuales Plutón es el miembro más grande, y por un planeta gigante de hielo que fue expulsado en la infancia del Sistema Solar.
lnb