Fue impresionante cómo mi cuerpo se acostumbró al medicamento: Sobreviviente de meningitis

Evelyn Arrieta es una sobreviviente y después de regresar a casa con sus hijas tras estar 26 días internada, relata que la esperanza está en el medicamento.

Evelyn regresó a su casa después de permanecer internada 26 días | Gilberto Lastra
Gilberto Lastra
Durango /

Evelyn Arrieta es una sobreviviente de la meningitis aséptica causada por un hongo en Durango. Desde el inicio del padecimiento se planteó no flaquear y lo logró. Pese a que fue de las primeras pacientes en recibir los medicamentos de los que no se sabría el resultado y que parte de su pasó por el hospital fue duro y obscuro, la luz la encontró en el trato del personal y en el medicamento.

Desde el Hospital 450 miraba por la ventana como la normalidad  seguía en la ciudad de Durango, capital del estado que se encuentra en el norte del país. Y tras 26 días internada, publicó un post en Facebook que se volvió viral,  descubrió que existe mucho miedo en las personas que son considerados pacientes sospechosos. También comprendió que se debe a la desinformación que existe alrededor de la enfermedad.

Ahora que regresó con sus hijas, se propuso ayudar a que se conozca que el personal que la atendió y el medicamento es el adecuado para combatir el hongo. Recuerda que al inicio de la aplicación del voriconazol y la anfotericina, todos los doctores tuvieron miedo al no conocer la reacción que habría.

Relata que en esta parte del proceso, el de la incertidumbre y, a su parecer la más complicada, siempre estuvo al menos un miembro del personal de enfermería al pendiente de cualquier reacción.

“Fue impresionante cómo aprendieron ellos, cómo aprendimos nosotros; cómo nuestro cuerpo se fue acostumbrando. Al inicio es como todo: llegué a pensar 'a lo mejor no aguanto', porque escuchas muchas cosas, que hay muertes, que bajan a terapia, pero fue de verdad. El ambiente al principio fue muy tenso y después ellos nos levantaron el ánimo y todo cambió de manera buena”.

Para Evelyn escuchar al doctor Luis Ruano, neurólogo del 450, fue clave para mejorar porque comprendió el funcionamiento del medicamento y el proceso por el que pasaría y fue por lo que encontró paz en el hospital.

Evelyn nunca estuvo sola; su compañera de cuarto pasó por el mismo espectro de síntomas. 

“Ella fue mi hombro donde me pude derrumbar y yo fui el suyo. Fuimos… No me pudo haber tocado mejor compañera. Llegó el punto en el que andábamos en el pasillo, nos íbamos y nos dábamos la vuelta por todos lados. Visitábamos a las demás pacientes”.

Cuando el doctor le indicó que ya podrían bañarse, fue el parteaguas para superar la enfermedad.

Sgg.

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