Durante la homilía dominical, el arzobispo de Monterrey Rogelio Cabrera López, hizo un llamado a la comunidad a cuidar el gran tesoro que es el agua.
Señaló que, en México, se ha registrado desde el 2018 a la fecha, un incremento en la escasez de agua, entrando ya en el cuarto año de sequía.
Mencionó, que lo anterior se suma el incremento de la población y, por lo tanto, de la demanda, con las dificultades que conlleva hacerla llegar a quienes la necesitan y sumado el descuido en el cuidado de su uso y protección, provocando una grave crisis de escasez que afecta principalmente a los más necesitados.
“Es necesario tomar acciones concretas para que podamos asegurar el acceso universal al agua. Como creyentes, imploramos a Dios que nos envíe el don de la lluvia. Como ciudadanos comprometidos, debemos cuidar de ella y defenderla”, destacó.
Por todo lo anterior, dijo que ha decidido declarar el Año del Señor de la Lluvia y del cuidado del agua.
“Iniciándose el día de hoy, 8 de agosto, para concluirlo el domingo 7 de agosto de 2022, en torno a la fiesta del Señor de la Expiración, también conocido y venerado como el Señor de la Lluvia y cuya imagen se encuentra en su Santuario en el municipio de Guadalupe, Nuevo León frente a la plaza principal.
Asimismo, el arzobispo invitó a todos los miembros de la Iglesia católica a que fervorosamente eleven oraciones y plegarias y visiten al Señor de la Lluvia en su Santuario.
“He encomendado a la Pastoral Verde y a la Comisión Arquidiocesana del medio ambiente de nuestra Arquidiócesis, la elaboración de talleres, material informativo y actividades que ayuden a la concientización de nuestra responsabilidad en el cuidado del agua y la misión de hacerla llegar a todos. Ruego de manera insistente y exhorto a todos los fieles e invito a todos los hombres y mujeres de buena voluntad a que se sumen activamente a las iniciativas que presenten estos organismos para este fin”.
Comentó la necesidad de que las familias vivan el compromiso en el cuidado del agua.
“Empecemos a inculcar en los más pequeños el cuidado de este bello don”, enfatizó el cardenal Cabrera.
Indicó que muchos han trabajado con dedicación para que se construyeran las presas que proveen del vital líquido a la población y muchos son los que ahora cuidan de ellas, “sumémonos a esta noble labor desde nuestro hogar, como familias responsables y solidarias en el cuidado de la creación”.
Finalmente, el arzobispo envió su bendición a todos los estudiantes que están iniciando sus cursos, animándolos a dar lo mejor de sí.
“Desafortunadamente se han tenido que cambiar de último momento los planes que se tenían trazados, pero eso no debe ser motivo de desaliento, sino que nos debe ayudar a reforzar nuestro compromiso en el cuidado de nuestra salud y la de nuestros semejantes”, subrayó.