Mientras el gobierno de Nuevo León sigue dando largas con el regreso a clases, asociaciones y colectivos exigieron una definición en el tema, al tiempo que exhibieron que pese a entregar evidencia científica a las autoridades, la cual avala la seguridad de las clases presenciales, éstas han hecho caso omiso a la información.
Sandrine Molinard, del colectivo Niñez Esencial, sostuvo que desde el pasado 5 de marzo presentaron al secretario de Salud, Manuel de la O Cavazos, los resultados de investigaciones a nivel mundial sobre la reapertura de escuelas.
La evidencia entregada surgió de análisis difundidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la prestigiosa revista científica The Lancet, a partir de la experiencia de Estados Unidos y países de Europa y Asia.
“Lo que se descubre es que este grupo de edad, particularmente los niños menores de 12 años, es un grupo que, primero, se contagia muy poquito de covid; cuando se llega a contagiar no presenta síntomas de gravedad e inclusive los niños no son los súper contagiadores que habían dicho anteriormente”, refirió Molinard.
A pesar de ello, indicó la activista, De la O respondió que la decisión la tomaría el Consejo de Seguridad en Salud del estado, mientras que la secretaria de Educación, María de los Ángeles Erisúrriz, le dejó la responsabilidad a la autoridad sanitaria.
“Nos preocupa muchísimo, porque Nuevo León está mandando un mensaje a la niñez: le estamos diciendo a los niños que su educación no importa, o que su educación es menos importante que el hecho de que sus papás puedan ir a un restaurante, o que podamos ir a una boda o a un bautizo”, consideró Molinard.
“Con los protocolos adecuados no es un factor de riesgo ni de contagios importantes. La escuela, ya en estudios que tenemos con experiencia en muchos países, nos indican el 2 por ciento de los contagios”, apuntó Regina Garza, de Abre mi Escuela Nuevo León.
Garza ha encabezado un movimiento que busca la reapertura de los planteles y, de acuerdo con cifras recabadas por la asociación que encabeza, solo el 44 por ciento de la población general logró acceder al programa de Aprender en Casa, ya sea porque no tenía los medios o porque los menores se vieron obligados a trabajar para contribuir al ingreso familiar.
“Creemos que no es justo, que más bien no se les ha dado la prioridad o hay otros intereses, pero deberíamos ya regresar a clases y pensar en ellos, poner el bien superior del niño”, reclamó.