Un día después de que el Congreso local acatara una orden de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Alejandro Camacho de 26 años, trabajador del DIF estatal logró, tras dos años de pugna y sin amparos, que el Isssteleón admitiera la afiliación de su esposo, Josué Romero de 21 años de edad.
Aunque los citaron a las 12:00 horas, la Dirección de Asuntos Internos les dio el acceso a las 13:20 horas, tardando otros 20 minutos en llenar el formulario y al salir, calificaron el resolutivo de la Corte como una gran victoria para la comunidad LGBTTTIQ.
“Después de tanto batallar por fin ahora sí se nos hizo, hace dos años vinimos solos y nos dieron la negativa que porque no era algo natural, después fuimos a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), pero como fuimos solos no nos atendieron, si no hasta que Movimiento por la Igualdad apoyó y nos hicieron caso”, dijo Camacho, enfermero de profesión por la UMM.
Después de acudir a la CNDH, explicaron enfilados bajo el sol, el órgano descentralizado federal los envió a los juzgados, pero les advirtió que el proceso duraría años, por lo que desistieron.
Sin embargo su preocupación aumentó cuando llegó la pandemia, incluso relatan que sí estuvieron enfermos por covid-19.
“Cuando empezó el coronavirus, a mí me dio primero y sí me puso un poco mal, no llegué hasta el hospital, pero me puse un poco malo, él (Josué Romero) empezó con los síntomas y estábamos batallando porque no le querían hacer pruebas”, manifestó Camacho.
Se espera que durante el día el Isssteleón afilie a 20 personas de la comunidad LGBTTTIQ, así como la adhesión de 20 hombres por medio de sus esposas que trabajan en dependencias gubernamentales.
Ayer los diputados locales ajustaron la Ley del Isssteleón para que las parejas heterosexuales y LGBT+ incluyan a parejas e hijos en los servicios médicos.