En el municipio de Pénjamo de boca en boca se divulgó entre sus habitantes la leyenda a la que se le ha dado el nombre de "El jinete petrificado de Veredas" y cuyos sobrenaturales acontecimientos se desarrollaron durante una tradicional tarde de tragos a las faldas de las peñas del rancho Las Veredas ¿quieres saber cómo termina?
Se dice que hace tiempo un grupo de buenos camaradas, aprovechando la fresca sombra de algún mezquite, se recreaba en el desenfreno de los juegos de azar y la bebida, y entre risa y risa y entre cuento y cuento, ya sin un centavo en los bolsillos, uno de ellos apostó a subir hasta lo más alto de la peña arriba del caballo. Pero hacerlo no era una buena idea, la vegetación era espesa y abundante la presencia de animales peligrosos, ninguno accedió y aquel tomó el riesgo de hacerlo por su cuenta.
Montando, tambaleante como pudo, al animal de carga, se adentró temerario, mientras los suyos esperaron y esperaron hasta que el sol se puso y volvió a salir, temiendo por la vida de su igual, quisieron aventurarse al camino pero fue imposible para ellos, nunca pensaron que ya no volverían a verlo frente a frente.
Los pocos que, con el pasar del tiempo, llegaron más profundo al tan temido sitio, recordando el suceso que les fue divulgado, se sorprendieron al ver un dibujo en las peñas, era ni más ni menos que el jinete sobre su caballo; con total claridad distinguían su vestimenta: espuelas bien formadas, sombrero de gran tamaño y la segura rienda. Pero ellos no fueron los únicos, con el pasar de los años más y más personas dijeron haber presenciado aquella visión, otros, incluso aseguran que en las noches tranquilas el jinete baja y merodea las calles para volver a su hogar de piedra cuando termina la oscuridad.