La enfermedad cerebrovascular, que se manifiesta con infartos y derrames cerebrales, está aumentando entre la población tamaulipeca, según estadísticas de la Secretaría de Salud del gobierno federal.
Hasta la semana 22 del presente año iban 863 casos, mientras al mismo periodo de 2021 se tenían 643, indica el último reporte de la dependencia federal.
Es un padecimiento que afecta en mayor medida a los hombres, pues al 11 de junio se tenían 503 diagnósticos masculinos y 360 del género femenino.
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La enfermedad consiste en una alteración en las neuronas, que provoca disminución de flujo sanguíneo en el cerebro, acompañada de alteraciones de manera momentánea o permanente.
Se clasifica en dos subtipos: isquémica y hemorrágica, la primera se produce por la interrupción del flujo sanguíneo. Los síntomas duran unos pocos minutos y el paciente se recupera totalmente en menos de 24 horas. Es considerada como una urgencia médica.
El infarto cerebral aparece cuando el flujo sanguíneo se interrumpe por una obstrucción, que puede ser por causada por grasa o sangre, en un vaso. A su vez, la hemorragia (o derrame), se presenta cuando un vaso sanguíneo se rompe, causando un sangrado dentro del cerebro.
Hay factores de riesgo no modificables, contribuyentes, y modificables o tratables. En el primer grupo está la edad y ser del género masculino; en el segundo el alcoholismo, tabaquismo, inactividad física y obesidad, mientras que en el tercero la presión arterial alta, diabetes mellitus y niveles de colesterol elevados.
En una enfermedad vascular cerebral, los síntomas más recurrentes son: alteración repentina de la visión en un ojo o ambos; pérdida repentina de la fuerza en un brazo, una pierna o ambos; sensación de hormigueo en la cara, brazo o pierna; aparición repentina de problemas para hablar y/o entender lo que se escucha, acompañada por balbuceo; desequilibrio o inestabilidad; dolor de cabeza.
CGCH