El cáncer de próstata se ha convertido en el gran enemigo silencioso de los hombres. En Tamaulipas se tiene un acumulado de 2 mil 205 muertes debido a este tumor maligno desde el 2010, por lo que el sector salud llama a detectarlo a tiempo.
La enfermedad genera un promedio de 183.7 defunciones anuales en el estado, principalmente en señores de 60 años en adelante, y aunque el riesgo de fallecer aumenta con la edad, también hay masculinos de 40 que han perdido la batalla e incluso se tiene un caso de un joven menor a 20.
De acuerdo con información del Inegi, en 2010 hubo 168 fallecimientos por cáncer de próstata; en 2011 fueron 158; en 2012 la cifra alcanzó 169; 2013 cerró con 144; 2014 tuvo 187; 2015 registró 213; en 2016 se presentaron 194 y en 2017 un total de 188.
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Durante 2018 se perdieron 184 vidas por tumores malignos de próstata y desde entonces la cifra de mortalidad no ha vuelto a disminuir. En 2019 perecieron 186 hombres, en 2020 hubo 205 víctimas y en 2021 sumaron 209. Es un mal curable en el 85% de los casos con un diagnóstico oportuno.
Este 29 de noviembre es el Día Nacional de la Lucha contra el Cáncer de Próstata, padecimiento que es la primera causa de muerte en hombres en el país, por lo que en esta fecha se busca crear conciencia para una detección a tiempo y con ello aumentar la posibilidad de curación.
La Secretaría de Salud federal y estatal piden al género romper tabúes y estigmas, acudiendo anualmente, a partir de los 50 años, a sus unidades médicas a realizarse un tamizaje para diagnosticar la enfermedad en edades tempranas, cuando no hay síntomas y es curable.
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Con ello se podrán salvar muchas vidas, pues lamentablemente el 70% de los casos se descubre en etapas avanzadas y la prevención es vital, porque cuando la enfermedad evoluciona se disemina principalmente en huesos y produce múltiples complicaciones que afectan drásticamente la calidad de vida de los pacientes.
Los síntomas de este tipo de cáncer son: Flujo de orina débil o interrumpido; ganas repentinas de miccionar y aumento de la frecuencia; dificultad para iniciar el flujo de orina y para vaciar la vejiga por completo; dolor o ardor.
De igual manera, dificultad para tener una erección; presencia de sangre en la orina o el semen y dolor de espalda, caderas o la pelvis, que no desaparece. Al ser una enfermedad silenciosa en su fase temprana, se recomienda a los hombres realizarse anualmente el estudio de antígeno prostático específico mediante un análisis de sangre y exploración física.
SJHN