Tamaulipas tercer lugar nacional en obesidad infantil

Focos rojos ya estaban encendidos, pero el resguardo obligado por la actual contingencia sanitaria viene a disparar las estadísticas debido a la mala alimentación y falta de ejercicio

En México la obesidad y el sobrepeso provocan diabetes; una enfermedad de alarma sanitaria para la población.
Leticia Gutiérrez
Tampico /

Mateo tiene cinco años y padece obesidad. A su corta edad, ya sabe lo que es el bullying, al grado de no querer comer porque en el kínder le dicen “Ñoño”. Sin embargo, el encierro por la pandemia de covid-19 le trajo más kilos y su problema de salud se ha exacerbado.

El pequeño se la pasa tumbado en un mueble viendo televisión durante la mayor parte del día, lleva toda la primavera con esa rutina y ya no desea volver a la escuela para no ser blanco de burlas por parte de sus compañeros. Vive en Tampico, Tamaulipas.

Y es que el confinamiento domiciliario protege del contagio del virus SARS-CoV-2, pero viene también a acentuar los malos hábitos alimenticios y el sedentarismo, golpeando a los más vulnerables frente a la ansiedad de comer, los menores del hogar.

Mateo, tiene cinco años y padece obesidad

Con la voz entrecortada, la mamá de Mateo dice que el más chico de sus cuatro hijos ha llegado a pesar 35 kilos. “Me dice el doctor que tiene ansiedad por la comida, él ve comida y se desespera. A veces llora mucho porque quiere seguir comiendo y no lo dejamos”.

Ángel Gabriel tiene el problema de la obesidad infantil.


Así como él, otro menor de 11 años de nombre Ángel Gabriel tiene el problema de la obesidad infantil. Dice que su “comida favorita” son las papas Sabritas.

Su abuelita Nora Alicia, que lo cuida mientras la mamá tiene que salir a trabajar, asegura que “gracias a la cuarentena” ha podido controlar de alguna manera la alimentación de su nieto, pues devoraba hasta tres veces al día productos altos en calorías y grasas saturadas y con nulos nutrientes.


Ambos niños son parte de las estadísticas de sobrepeso y obesidad infantil, problema cuya atención se ha dejado de lado durante la actual contingencia sanitaria.

En México, la obesidad infantil afecta a 1 de cada 3 niños menores de 11 años, lo que trasladado a Tamaulipas significa un estimado de 44 mil 442 infantes con esta condición de salud.
Para darse una idea de la dimensión que toma esta condición de salud, el estado acumula tres primeros lugares a nivel nacional en obesidad.

Es primero en la clasificación de niñas, adolescentes y jovencitas de 12 a 19 años con este padecimiento y ocupa la tercera posición en cuanto a escolares masculinos de 5 a 11 años.

Es primer lugar en obesidad de hombres mayores de 20 años y también en obesidad abdominal masculina, de acuerdo con los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición.

El pediatra endocrinólogo y obesólogo Salvador Ruiz Pérez no tiene dudas: Se trata también de una pandemia y sus consecuencias serán aún mayores que las del coronavirus en nuestro país.

Los focos rojos ya estaban encendidos, al grado que este profesionista atiende a niños de tan solo 11 años de edad que ya padecen diabetes tipo 2 como resultado de inercias de malos hábitos en sus hogares.

Salvador Ruiz Pérez, pediatra endocrinólogo y obesólogo


Es ahí donde se origina todo, dice, pues la infancia tiene derecho a una alimentación sana, pero el 80% aprende con el ejemplo y solo un 20% con lo que se les dice.

El especialista advierte que a causa de la contingencia sanitaria por covid-19, las cifras de sobrepeso y obesidad se van a disparar y esta curva será imposible aplanar.

Se calcula que para el año 2050, solo uno de cada diez mexicanos tendrá un peso normal, según un estudio realizado por el Instituto Nacional de Salud Pública.

“Faltan 30 años, pero estos eventos (covid-19) aceleran enfermedades asociadas con la obesidad como diabetes, hipertensión, depresión y ansiedad, lo que en la etapa adulta va a causar discapacidad y a restar productividad, con lo que se verá afectada la economía”.

Ruiz Pérez es uno de los dos obesólogos endocrinólogos pediatras, egresados del Instituto Nacional de Nutrición y estudió su carrera de medicina en la UNAM. Hoy en día trabaja en el hospital de la "Beneficencia Española” y desarrolla un Programa de Atención a la Obesidad Infantil en Petróleos Mexicanos, donde también presta sus servicios.


Desde ese frente, observa son insuficientes los programas preventivos para impulsar una alimentación sana desde la infancia.

"Es un vacío que está teniendo repercusiones, hay programas pero no los suficientes, mientras en las escuelas se tiene una doble moral ya que presumen inculcar una alimentación sana y al mismo tiempo venden comida chatarra”.

Es fundamental procurar una alimentación sana desde las etapas más tempranas de la vida, porque si un niño llega a la adolescencia con obesidad, hay un 90% de probabilidad de que siga así toda su vida, explica.

“Es una enfermedad crónica que se puede controlar, pero en cuanto se descuiden regresa. Digamos que es una construcción, que la población edifica con costumbres y que no está del todo relacionada con la genética, no es una condena”.

En México, la obesidad infantil afecta a 1 de cada 3 niños menores de 11 años


La sentencia aquí, subraya, es que la pandemia a la que nos vamos a enfrentar es la obesidad con todas sus consecuencias, donde los más afectados hoy son los niños, que en unos años se convertirán en nuestra fuerza productiva y sus problemas de salud pondrán en riesgo el futuro de la economía.

En ese contexto, pide a los padres de familia actuar en la prevención, porque el enemigo central está en casa, donde se come más, se hace menos ejercicio y se pasan largas horas frente al televisor y los celulares.

Las emociones tienen mucho que ver, pues refiere que una persona con depresión es más fácil que desarrolle obesidad y viceversa. Hay que evitar que se convierta en un círculo vicioso.

El cáncer es otro mal que está al acecho. Una mujer obesa está más propensa a padecer cáncer de mama y en el caso de los hombres a presentar cáncer de próstata, padecimientos que también constituyen un grave problema de salud pública en el país porque causan muchas muertes.



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