El telescopio espacial James Webb alcanzó su órbita final, a entre 1.5 y 1.6 millones de kilómetros de la Tierra, desde donde podrá observar las primeras galaxias del Universo, de acuerdo con lo comunicado por la NASA este lunes.
En torno a las 19:00 GMT (13:00 horas de la Ciudad de México) activó sus propulsores para alcanzar el punto de Lagrange 2, ideal para observar el cosmos. "¡Bienvenido a casa, Webb!", exclamó el jefe de la agencia espacial estadounidense, Bill Nelson, en un comunicado.
Los propulsores fueron activados por los ingenieros de control de la misión en el Instituto Científico del Telescopio Espacial en Baltimore, y el equipo de tierra usó señales de radio para confirmar que Webb se había "insertado" con éxito.
"Hemos dado un paso más para descubrir los misterios del Universo. ¡Y tengo ganas de ver las primeras nuevas imágenes del Universo del telescopio Webb este verano!", añadió.
En esta región del espacio permanecerá alineado con la Tierra mientras se mueve alrededor del Sol, lo que permitirá que el parasol que lleva Webb proteja el equipo sensible al calor y a la luz. El planeta y el telescopio rodean el sol en tándem, lo que permite un contacto radioeléctrico ininterrumpido.
Es la tercera vez que el telescopio activa sus propulsores desde que fue lanzado a bordo de un cohete Ariane 5 el 25 de diciembre.
El gran impulso del cohete se redujo deliberadamente para evitar que el instrumento rebasara su objetivo y asegurarse de que llegara a él por etapas.
El telescopio James Webb, cuyo coste para la NASA asciende a unos 10 mil millones de dólares, es uno de los equipos científicos más caros jamás construidos, comparable a su predecesor Hubble o al acelerador de partículas del CERN.
Precisamente el Hubble, de 30 años de antigüedad, orbita la Tierra a 547 kilómetros de distancia, entrando y saliendo de la sombra del planeta cada 90 minutos.
caov