Sería demasiado ególatra creer que nosotros, los humanos, junto a las otras especies que existen en nuestro planeta, somos los únicos seres vivos en todo el infinito espacio exterior, sin embargo, aunque los científicos han descubierto un sinfín de mundos con características muy similares a las de la Tierra, y a todos esos monolitos de metal misteriosos que muchos achacan a los extraterrestres, tal parece que no estamos muy cerca de hallar vida allá afuera.
Ahora, un descubrimiento que vincula las erupciones estelares con señales de ráfagas de radio facilitará a los astrónomos la detección del clima espacial en torno a estrellas cercanas fuera del Sistema Solar, pero, desafortunadamente, los primeros informes meteorológicos de nuestro vecino más cercano, Próxima Centauri, no son prometedores para encontrar la vida tal como la conocemos.
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"Los astrónomos han descubierto recientemente que hay dos planetas rocosos 'parecidos a la Tierra' alrededor de Proxima Centauri, uno dentro de la 'zona habitable' donde cualquier agua podría estar en forma líquida", explica Andrew Zic, de la Universidad de Sydney, en Australia. Próxima Centauri está a solo 4,2 años luz de la Tierra.
"Pero dado que Próxima Centauri es una pequeña estrella enana roja fría, significa que esta zona habitable está muy cerca de la estrella, mucho más que Mercurio de nuestro Sol --añade--. Lo que muestra nuestra investigación es que esto hace que los planetas sean muy vulnerables a la peligrosa radiación ionizante que podría esterilizarlos de manera efectiva".
Dirigidos por Zic, los astrónomos han mostrado por primera vez un vínculo definitivo entre las llamaradas ópticas y las explosiones de radio en una estrella que no es el Sol. El hallazgo, publicado este miércoles en 'The Astrophysical Journal', es un paso importante en el uso de señales de radio de estrellas distantes para producir informes meteorológicos espaciales de manera eficaz.
"Nuestro propio Sol emite regularmente nubes calientes de partículas ionizadas durante lo que llamamos eyecciones de masa coronal. Pero dado que el Sol es mucho más caliente que Próxima Centauri y otras estrellas enanas rojas, nuestra 'zona habitable' está lejos de la superficie del Sol, lo que significa que la Tierra está relativamente lejos de estos eventos", explicó Zic. "Además, la Tierra tiene un campo magnético planetario muy poderoso que nos protege de estas intensas explosiones de plasma solar".
La investigación se realizó en colaboración con CSIRO, la Universidad Curtinl, la Universidad de Australia Occidental, la Universidad de Wisconsin-Milwaukee, la Universidad de Colorado, en Estados Unidos, y hubo contribuciones del Centro ARC de Ondas Gravitacionales y la Universidad de California Berkeley.
"Las explosiones de radio enanas M pueden ocurrir por diferentes razones que en el Sol, donde generalmente se asocian con eyecciones de masa coronal --señala Zic--. Pero es muy probable que haya eventos similares asociados con las explosiones estelares y las explosiones de radio que hemos visto en este estudio". Las eyecciones de masa coronal son expulsiones enormemente energéticas de plasma ionizado y radiación que sale de la atmósfera estelar.
"Ésta es probablemente una mala noticia en el frente del clima espacial. Parece probable que las estrellas más comunes de la galaxia, las enanas rojas, no sean buenos lugares para encontrar vida como la conocemos", lamenta.
En la última década, ha habido un renacimiento en el descubrimiento de planetas que orbitan estrellas fuera de nuestro Sistema Solar. Ahora hay más de 4.000 exoplanetas conocidos.
Esto ha aumentado las esperanzas de encontrar condiciones "similares a la Tierra" en exoplanetas. Investigaciones recientes dicen que aproximadamente la mitad de las estrellas similares al Sol en la Vía Láctea podrían albergar tales planetas. Sin embargo, las estrellas similares al Sol solo constituyen el 7 por ciento de los objetos estelares de la galaxia. Por el contrario, las enanas rojas de tipo M como Proxima Centauri constituyen aproximadamente el 70 por ciento de las estrellas de la Vía Láctea.
Los hallazgos sugieren claramente que es probable que los planetas alrededor de estas estrellas estén cubiertos de llamaradas estelares y eyecciones de plasma.
Las observaciones de Proxima Centauri se tomaron con el telescopio Australian Square Kilometer Array Pathfinder (ASKAP), de CSIRO en Australia Occidental, el Telescopio Zadko de la Universidad de Australia Occidental y un conjunto de otros instrumentos.
El científico de la Universidad de Australia Occidental, el doctor Bruce Gendre, del Centro de Excelencia ARC para el Descubrimiento de Ondas Gravitacionales (OzGrav), resalta que la investigación ayuda a comprender los efectos dramáticos del clima espacial en los sistemas solares más allá del nuestro.
"Comprender el clima espacial es fundamental para comprender cómo evolucionó la biosfera de nuestro propio planeta, pero también para lo que es el futuro", añade.
Zic resalta que¡ "La probabilidad de que la llamarada solar observada y la señal de radio recibida de nuestro vecino no estuvieran conectadas es mucho menor que una probabilidad entre 128 mil". Y la investigación muestra que los planetas alrededor de Proxima Centauri pueden sufrir una fuerte erosión atmosférica, dejándolos expuestos a rayos X muy intensos y radiación ultravioleta.
Zic reconoce que la pregunta de si podría haber campos magnéticos protegiendo estos planetas sigue sin respuesta. "¿Cuántos exoplanetas tienen campos magnéticos como el nuestro?", se pregunta.
Hasta ahora no se han realizado observaciones de campos magnéticos alrededor de exoplanetas y encontrarlos podría resultar complicado. Zic resalta que una forma potencial de identificar campos magnéticos distantes sería buscar auroras, como las que están alrededor de la Tierra y también observadas en Júpiter.
"Pero incluso si hubiera campos magnéticos, dada la proximidad estelar de los planetas de la zona habitable alrededor de las estrellas enanas M, esto podría no ser suficiente para protegerlos", advierte Zic.
cjr