En la mayoría de los casos, los lunares son pequeñas manchas que aparecen en la piel de casi todas las personas y no representan ningún riesgo.
Sin embargo, existen ocasiones en las que estos lunares se convierten en melanomas o cáncer de piel. De acuerdo con la Corporación Nacional del Cáncer, este tipo de cáncer es el tercero más común y si es detectado a tiempo, el 90 por ciento de los casos puede ser curado.
Existe una prueba llamada ABCDE que puedes realizar tú mismo para distinguir si un lunar tiene probabilidad de ser maligno.
Para realizar la prueba, organizaciones como SkinCancer.org y Cancer.org, además de sitios médicos reconocidos como WebMD, explicaron la manera correcta de hacer el test que se divide en cinco partes: anomalía o asimetría, borde, color, diámetro y evolución.
A continuación, te decimos las características a las que debes prestar atención en tus lunares y en caso de notar alguna regularidad, te aconsejamos ir al dermatólogo para que los examine de manera detallada y determine si puede tratarse de melanoma.
Anomalía o asimetría
Los lunares benignos por lo general son simétricos, por lo que deberás fijarte si una mitad no corresponde con la otra.
Borde
Un lunar maligno normalmente presenta bordes irregulares, mal definidos u ondulados.
Color
Deberás prestar atención si el lunar tiene varios colores diferentes, por ejemplo, tonos de café, negro, azul, blanco o rojo.
Diámetro
El tamaño del lunar puede decir mucho. Si es mayor a 6mm o más grande que la goma de un lápiz, puede ser maligno. Los benignos por lo general son de tamaño pequeño.
Evolución
Por último, presta atención si el lunar es diferente a los otros o si constantemente cambia de forma, tamaño o color.
RL