El cáncer de mama cambió completamente la vida de Magdalena en 10 días

Especial Fin de Semana

En el proceso de recuperación entendió lo que vale y lo afortunada que fue de sobrevivir a esta terrible enfermedad.

“Nunca me hice un estudio a pesar de que mi hermana murió de lo mismo”. (Alondra Ávila)
Toluca /

Hace 21 años Magdalena, vecina de Prados de Tollocan, en Toluca, padeció cáncer de mama. En 10 días su vida cambió por completo y tuvo que asimilar la pérdida luego de realizarse una mastectomía radical derecha.

El año pasado tuvo la oportunidad de recibir en donación una prótesis mamaria que le ha cambiado la vida, pues aunque siempre ha tenido un deseo enorme de vivir, hoy se siente una mujer completa y más segura con su imagen.

Por accidente se dio cuenta

Por accidente, como suele ocurrir en muchos casos, Magdalena descubrió el tumor en el año 2000, mientras se bañaba se le resbaló la toalla y al tratar de alcanzarla sintió la parte dura del tumor.

De inmediato acudió al médico, donde le solicitaron un ultrasonido. Tras el resultado, lo siguiente fue una biopsia y consultar a un oncólogo especialista en mama. Diez días después sufrió una mastectomía radical derecha, sus ganglios tenían metástasis y le fueron retirados.

“Mi axila también sufrió las consecuencias de la operación, tengo un hoyo muy grande. Nunca me hice un estudio pese a que mi hermana murió de lo mismo”.

Familia, su motivación

Enfrentarse por primera vez al espejo no fue fácil, en lo único que pensaba era en lo rara que se veía, pero tras consultar a dos oncólogos, ambos coincidieron que por el tamaño del tumor era urgente entrar al quirófano.

Más allá de la cirugía y el tratamiento, su principal motivación para vencer el cáncer fueron sus ganas de vivir, las cuales le sobraban, pues sus hijos dependían de ella, ya que su esposo la había abandonado.

“Entré convencida de que lo único que importaba era vivir. Tengo dos hijos que en ese entonces tenían 11 años la niña y 13 años el varón. Sacarlos adelante y estar al pendiente de ellos, fue primordial para mí”.

La muerte de su hermana y el consejo de su padre también fueron determinantes para no pensarlo más y hacerse la mastectomía. “Mi padre me pidió no hacer lo mismo que mi hermana, yo no sabía que ella había tomado la decisión de no quitarse la mama, prefirió morir antes que operarse. Gracias a Dios estoy muy bien y disfrutando de mis nietas y nietos, soy feliz”.

Recordó lo valiosa que es

Tras la pérdida tomó entre seis y siete terapias psicológicas, donde le recordaron lo valiosa e importante que es, pronto estuvo bien anímicamente, aunque al caminar por la calle conoció el desdén de las personas.

“Cuando vas por la calle sin prótesis sí se nota, la gente sí te mira y cuando eres joven no es fácil asimilarlo”.

En el proceso de recuperación entendió lo que vale y lo afortunada que fue de sobrevivir a esta terrible enfermedad. “Que te falte una parte del cuerpo no te hace más fea o menos bonita. Simplemente te hace no olvidar que eres una sobreviviente, valiente y debes disfrutar cada minuto.

La prótesis que cambió su vida

Después de la operación Magdalena no pudo usar una prótesis porque su cuerpo quedó muy sentido, con la radiación para eliminar por completo el cáncer.

Con el paso del tiempo optó por una prótesis de alpiste que ella misma elaboró. También usó una de silicón que le regaló una cuñada, sin embargo, no era la adecuada. Adquirir una por su propia cuenta se le complicó porque no son baratas.

“Uno usa la que cree que es adecuada, pero el año pasado la prótesis que recibí fue adaptada a mi cuerpo, según la mama que aún conservo. Tenía una prótesis de gota y me la cambiaron por una de triángulo, es mucho más cómoda y hace que sea menos notoria la ausencia”.

Cuando le hicieron la mastectomía tenía 37 años, hoy tiene 58. El año pasado recibió una prótesis mamaria por parte del Instituto de la Mujer de Toluca, la cual le ha sido de mucha utilidad porque le da seguridad, comodidad y mientras la usa se siente completa.

“Después de tantos años hay momentos en que sientes que tu cuerpo no está completo, pero soy fuerte y consciente de la oportunidad de vida que tengo por delante y la obligación de ser feliz, pues muchas mujeres, incluso hombres, no logran vencer el cáncer. Lo realmente importante es vivir”.

Cuando Magdalena se enfermó laboraba para House Fuller como ejecutiva de ventas. Hoy está pensionada por invalidez porque tuvo una afectación muy fuerte en su vista a causa del tratamiento contra el cáncer.

“Perdí la vista central del ojo derecho y tengo trasplante de córnea. Hoy necesito otro trasplante. Mi hermano me ayuda económicamente y soy ama de casa, cuido a mis nietos”.

Autoexploración salva vidas

Todas las mujeres, de cualquier edad, deben autoexplorarse, detectar el cáncer en una etapa temprana puede evitar que pierdan un seno, tengan un tratamiento largo, doloroso y que deja secuelas físicas y emocionales.

MMCF

  • Alondra Ávila
  • alondra.avila@milenio.com
  • Comunicologa por el CUSXXI y con 16 años de experiencia en medios de comunicación. Desde 2012 colabora en Milenio Estado de México en la sección de Negocios. Ganadora del 9o Premio al Periodismo sobre Innovación Científica y Tecnológica en 2018.

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