El Centro de Predicción del Clima Espacial de la Administración Nacional Oceánica y atmosférica emitió una alerta de tormenta geomagnética para el 1 y 2 de septiembre, los cuales ocurrieron el 28 de agosto, según informó en su sitio de internet.
De acuerdo con el centro, el primero se asoció con un destello de rayos X M4 que alcanzó su punto máximo a las 11:00 horas del 28 de agosto, mientras que el segundo se asoció con una erupción de filamentos que desapareció el 28 de agosto a las 16:00 horas.
Las dos tormentas fueron modeladas y, si bien los resultados no fueron del todo concluyentes, el consenso es que estos fenómenos posiblemente podrían llegar a la Tierra entre el 1 y el 2 de septiembre.
Si estos fenómenos se materializan, los efectos combinados de los dos transitorios tienen el potencial de resultar en condiciones de tormenta G1-G2. Sin embargo, la confianza del pronóstico es baja debido a la naturaleza de estas CME débiles y algo ambiguas.
¿Qué es una tormenta magnética?
Las tormentas magnéticas, indicó Juan Américo González, coordinador del Laboratorio Nacional del Clima Espacial (LANCE), son corrientes de viento solar que interaccionan con el campo magnético de la Tierra ocasionando auroras boreales y algunas afectaciones menores en telecomunicaciones. Al no tratarse de un fenómeno explosivo, sus efectos en el planeta son mucho menores a los que podrían ocasionar las tormentas solares.
En conferencia de medios subrayó que la tormenta magnética a la que hacen referencia las redes sociales y algunos medios no tiene relación con una explosión solar. Las primeras son eventos menores que no tendrán repercusiones importantes sobre el territorio nacional y pasarán inadvertidas para la mayoría de la población.
Hugo Delgado, director del IGf, y Esteban Hernández, jefe de Servicio Magnético, aclararon que las tormentas magnéticas no son lo mismo que las tormentas o explosiones solares que, como los sismos, no se pueden predecir, pero ocurren cuando hay regiones activas en la superficie del Sol
bgpa