Una gran tortuga verde de una especie protegida murió en Tailandia por ingerir una gran cantidad de bandas de goma, restos de bolsas de plástico y redes de pesca.
Fue trasladada al Centro Oriental de Investigación y Desarrollo de Recursos Marinos y Costeros para ser tratada. “Para ellas, las bolsas de plástico tienen el mismo aspecto que las algas o las medusas. No pueden diferenciarlas” explicó Supawat Karnadireklarp, director del centro.
Su estómago estaba inflamado y no podía alimentarse, comentó Weerapong Laovechprasit, miembro del equipo de veterinarios. “Este año, 50 por ciento de las tortugas enfermas lo está a causa de basura que ingieren”, dijo.
Tailandia es uno de los países que vierten más plástico a los océanos. Junto con China, Indonesia, Filipinas y Vietnam echan cada año más de cuatro millones de toneladas de plástico al mar, es decir la mitad de los vertidos en todos los mares del mundo, según la ONG de referencia Ocean Conservancy.
Thon Thamrongnawasawat, biólogo marino en la Universidad Kasetsart, espera que la mediatización de estas muertes tenga un impacto fuerte. “Es la primera vez en 20 años que veo un posible avance”, dijo satisfecho de ver que la prensa habla de estos temas.
Casi 300 animales marinos mueren al año en Tailandia por esta razón. Los últimos decesos evidencian los malos hábitos en el país y la falta de una gestión adecuada de los residuos, señala la organización ecologista.
En 2017, generó hasta 27 millones de toneladas de basura y solo menos de un tercio se recicló o reutilizó, según las agencias gubernamentales.