Los militares, personal de seguridad, camioneros, cocineros, manipuladores de alimentos y oficinistas son los profesionistas que más riesgo tienen de engordar, según ha informado el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO).
Todos ellos tienen en común una serie de factores, como un espacio de trabajo reducido que limita la movilidad; falta de actividad física regular o su mala planificación; proliferación de hábitos no saludables como fumar, dormir poco, trabajar bajo presión o estrés; alimentación a base de menús suculentos, comida rápida, bocadillos y fritos; comer entre comidas y un uso más sedentario al tiempo libre y de ocio.
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"La obesidad en el ejército se ha planteado como una cuestión de prestigio e imagen, pero en el fondo sigue siendo un problema de salud derivado de un entorno restrictivo hostil y unos hábitos de vida inadecuados", comentó el portavoz del IMEO, Rubén Bravo.
En concreto, entre el gremio de los servicios de seguridad y militares, algunas de las causas que más podrían influir en el sobrepeso y obesidad de sus miembros son la inestabilidad de sus horarios, con turnos de día y noche y jornadas maratónicas; el tiempo reducido para cocinar, la mala planificación de las comidas y la tendencia de picar entre horas; el estrés físico y emocional al que se ven sometidos; y la insuficiente práctica de ejercicio físico.
Por otro lado, otras profesiones que se asocian con más riesgo de sufrir sobrepeso y obesidad son los cocineros y los manipuladores de alimentos. Y es que, en ambos casos, están durante toda su jornada laboral en contacto directo con los alimentos: manipulan, cocinan, huelen, saborean y prueban el producto o plato final. Esto los hace más vulnerable a tener ataques repentinos de picoteos entre horas por ansiedad.
En relación a los oficinistas y cargos directivos, los expertos del IMEO han recordado que el problema de este tipo de empleo se encuentra fundamentalmente en los horarios de comidas por la falta de tiempo y el lugar donde se realizan las comidas principalmente.
La recomendación para revertir este efecto es tomar una colación a media mañana y en la merienda; la mejor opción sería un lácteo desnatado, un bocadillo magro, gelatina sin azúcar, o una fruta.
Asimismo, es recomendable llegar trabajo después de comer en casa, para así evitar la ingesta de picoteos innecesarios.
FM