Un grupo internacional de 32 científicos de 17 países tiene nueva información sobre el meteorito que se impactó en Chicxulub, Yucatán hace 66 millones de años y que provocó la extinción al 76 por ciento de la vida en la Tierra, incluidos los dinosaurios.
Jaime Urrutia Fucugauchi, investigador del Instituto de Geofísica (IGf) de la UNAM y líder del proyecto, asegura que después del impacto, la vida en el planeta se recuperó en aproximadamente 30 mil años, más rápido de lo previsto en tiempos geológicos.
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El cráter Chicxulub, surgido por el impacto, se formó en un tiempo muy corto: en tres segundos el agujero producido por el meteorito tenía más de 10 kilómetros de profundidad, y en cinco segundos perforó la corteza terrestre 25 kilómetros.
Este evento, que significó la quinta extinción planetaria, provocó una devastación inicial con muy altas temperaturas, mucho polvo suspendido en la atmósfera que bloqueó la radiación solar y la eyección de grandes cantidades de dióxido de carbono y de vapor de agua.
Dado que la pérdida de especies fue de tales magnitudes —90 por ciento de las especies—, “encontrar evidencias de ellas en las rocas es muy importante para hacer reconstrucciones”, cuenta Ligia Pérez Cruz, también investigadora del IGf.
Ambos científicos coinciden en que descubrir que la vida en la Tierra se recuperó 30 mil años después de la caída del meteorito “era algo que no se esperaba, porque en el sitio de impacto, y hasta dos mil metros a la redonda, la vida prácticamente se esfumó por todos los efectos drásticos del calentamiento, gases tóxicos, tsunamis y terremotos”.
El hallazgo de los científicos de la UNAM será publicado por la revista Nature. Además, ya se construye un museo interactivo sobre el cráter Chicxulub, en el Parque Científico y Tecnológico de Yucatán, que facilitará visitas del público a seis laboratorios científicos especializados que ya están en marcha.
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