Científicos descubren que las galaxias en movimiento que miden hasta cientos de millones de años luz de largo, los cuales podrían ser los objetos giratorios más grandes del universo.
Así lo dieron a conocer astrónomos del Instituto Leibniz de Astrofísica de Potsdam (AIP), en colaboración con científicos de China y Estonia en un trabajo que consistió en mapear el movimiento de las galaxias en enormes filamentos (estructuras largas y relativamente delgadas) que conectan la red cósmica publicado en la revista Nature Astronomy.
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"Al mapear el movimiento de las galaxias en estas enormes superautopistas cósmicas utilizando el estudio Sloan Digital Sky, un estudio de cientos de miles de galaxias, encontramos una propiedad notable de estos filamentos: giran", dice en un comunicado Peng Wang, primer autor del estudio ahora publicado y astrónomo de la AIP.
Nunca antes de había detectado una rotación a tan grande escala. Estos enormes puentes de galaxias y materia oscura entre sí giran a una escala de cientos de millones de años luz.
"A pesar de ser cilindros delgados, de dimensión similar a los lápices, de cientos de millones de años luz de largo, pero de unos pocos millones de años luz de diámetro, estos fantásticos zarcillos de materia giran", añade Noam Libeskind, iniciador del proyecto en el AIP.
"En estas escalas, las galaxias dentro de ellas son en sí mismas solo muestras de polvo. Se mueven en hélices o en órbitas en forma de sacacorchos, dando vueltas alrededor del centro del filamento mientras viajan a lo largo de él", explica Libeskind.
Sin embargo, los científicos todavía no descubren una cuestión clave en relación con el espacio exterior: en qué momento se genera la rotación del contexto cosmológico; no se sabe si la comprensión actual de la formación de estructuras predice que los propios filamentos, al ser objetos cuasi lineales no colapsado, deberían girar.
"Motivados por la sugerencia del teórico Mark Neyrinck de que los filamentos pueden girar, examinamos la distribución de galaxias observada, buscando la rotación de los filamentos", dice Noam Libeskind.
Mediante el uso de un método de mapeo sofisticado, la distribución de galaxias observada la segmentaron en filamentos, de modo que cada uno de ellos fue aproximado por un cilindro. Las galaxias dentro de él se dividieron en dos regiones a cada lado de la columna del filamento (en proyección) y se midió cuidadosamente la diferencia de corrimiento, logrando medir la rotación del filamento.
caov