Un silencio disperso dentro de las instalaciones del Polideportivo del Centro Universitario Metropolitano Hidalgo (CEUMH) se vivió la mañana de este jueves, en donde las indicaciones del personal de salud se escuchaban entre los pasillos, los muros de este sitio en el que hace dos años, jóvenes estudiantes jugaban basquetbol o realizaban actividades físicas dentro de sus actividades escolares, las cuales tuvieron que suspender por la llegada de la pandemia.
Guadalupe Aguilar llegó de prisa para colocarse su refuerzo, se sentó, escuchó con atención las indicaciones recibidas antes de la aplicación de su dosis de AztraZeneca, y preparó su brazo izquierdo mientras pensaba “en que ha sido una buena decisión aplicar una dosis de refuerzo para que mi organismo sea más resistente a esta enfermedad”, pensó mientas la llamaban a ocupar el asiento de los vacunados.
“No me da miedo, al contrario, me da más seguridad y también para que ya terminemos con esta pandemia que nos ha afectado, porque muchos han perdido su trabajo y las y los niños no han ido a la escuela.En lo personal, tampoco he podido salir a trabajar y sí me he enfermado de covid-19, además de que hemos tenido problemas de salud en casa, por lo que estamos cooperando para que esto termine, así que todos los que vivimos ahí, nos hemos vacunado”, dice.
Recordó que hace ocho meses enfermó de covid-19, no fue hospitalizada ni tampoco requirió oxígeno, pero los estragos que trae consigo la enfermedad como dolor de cuerpo, temperatura, tos y dolor de cabeza la abrazaron por muchos días, “aunque esta enfermedad sí se ha llevado a amistades, así como mi cuñada, a quien sí le afectó mucho”.
Guadalupe observa su alrededor, su sonrisa se le nota en los ojos ya no se puede ver la expresión por el uso del cubrebocas, pero sabe que cada una de las personas que está en este lugar, es consciente de la importancia de aplicarse el biológico, “porque hay personas que siguen sin creer y no saben que, aplicándose la vacuna, protegen a sus familias, a todos los demás”, expresa.
Así también, María Teresa Villalona acudió a este sitio para colocarse el refuerzo, y después de inocularse y sosteniendo el algodón en su brazo, sabe que “está bien protegernos, porque es una obligación y una responsabilidad ciudadana”.
Pero de algo está segura, “nos va a dar a toda esta enfermedad en algún momento”, por lo que asegura que la solución a que continúe el incremento de contagios en la entidad es “responsabilizarnos y protegernos”, porque sabe que es afortunada ya que no ha perdido a un ser querido o familiar, como miles de familias que continúan trabajando en su duelo y en lo que vino a cambiarles la vida esta enfermedad.
Para Octavia García Álvarez era una necesidad acudir este jueves a aplicarse su refuerzo, “porque aparte de la vacuna, como sociedad debemos seguir aplicando las medidas sanitarias como la sana distancia, el uso del cubrebocas, así como lavarse las manos”, pero toda esta responsabilidad ciudadana también le sirvió para perderle el miedo a la tecnología, porque pudo realizar sola su registro en una computadora, “es muy fácil, práctico y rápido y hay que seguir aprendiendo, porque esta pandemia también nos ha esforzado a aprender y ser conscientes del mundo en el que vivimos”, concluyó.