Brenda salió de su casa a las nueve de la mañana. Antes de irse su hija Andrea, de siete años, le dijo que no quería que se muriera. Caminó cinco minutos y llegó al auditorio municipal de Tula para recibir la vacuna contra el covid-19.
La joven de 31 años nunca se imaginó que le tocaría la vacuna tras un año y cuatro meses de pandemia, creía que sería más tardado acceder a ella. Le aplicaron el biológico de AstraZeneca y no sintió dolor.
- Te recomendamos Vita Deyun, el suplemento contra covid-19 bajó su precio y tiene existencia limitada Ciencia y Salud
-¿Cómo te sientes después de haber recibido la vacuna?
-Sí te da emoción y alivio que puedas estar vacunada, es como ese sentimiento de tener al alcance un poquitito del esfuerzo que se ha hecho en todo el mundo por abatir el covid.
-¿Qué pasó por tu mente al momento que estaban por aplicarte la inyección?
-Sí pasó por mi cabeza que justo es una enfermedad que mi familia también ha tenido que enfrentarla, es como saber que al menos no me voy a morir de covid, si me enfermo espero que sean menos los síntomas.
Brenda no ha enfermado de covid pero sí su cuñada, sus primos y sus tíos, varios de ellos de gravedad, algunos requirieron oxígeno pero ninguno llegó al hospital, todos fueron tratados en casa, en total 20 personas.
En todo el tiempo que va de la pandemia Brenda la ha pasado en casa, con su hija, en Tula. Su trabajo como periodista está en la Ciudad de México pero ha hecho home office. Sabe que si tiene que volver a la capital del país lo hará más tranquila ahora que ya está vacunada.
“Si en algún momento me hacen regresar al trabajo ya voy a ir como más tranquila y eso implica que mi hija regrese también a la escuela, entonces es como al menos sentir un poco más de alivio de que al salir pues va a disminuir el riesgo de enfermar”, dice.
Brenda cuenta que antes de salir de casa, en la colonia San Lorenzo, estaba nerviosa por los efectos de la vacuna, sin embargo, reconoce que también estaba emocionada por la aplicación.
-¿Antes de irte qué te dijo tu hija?
-Ella era la más espantada, la que más miedo tenía de que me fuera a vacunar.
-¿Por qué?
-Por todo lo que ha visto en la televisión
-¿Por qué aceptaste la vacuna?
-Porque bueno a mí me da más confianza, creo que es segura a pesar de todo lo que se ha difundido en los medios,
Brenda dice que el vacunarse es algo que se le debe a las personas que han muerto por el covid y a todas aquellas que trabajan en los hospitales atendiendo los casos pues la pandemia aún no termina.
-¿Cómo te cambió la vida la pandemia?
-Pues ha sido como una pausa en mi vida y en la de mi hija porque sí es el encierro, el estar limitadas, el contacto social no ha sido igual y las cargas de trabajo también han sido mucho más al menos para mí.
-¿Por qué?
-Porque ha sido dobletear en el trabajo y en el trabajo de mamá y en casa.
-¿Y cómo la has pasado durante la contingencia sanitaria?
-Pues ha habido de todo, hay momentos en que me he sentido bien, contenta de poder estar con mi hija, con mis papás porque casi no estaba con ellos, pero también está el estrés del trabajo, del encierro y te desanima también y te preguntas hasta cuándo va a seguir esto.
Brenda llegó al auditorio municipal de Tula, hizo fila, avanzó rápido, esperó la vacuna, le aplicaron la primera dosis y esperó a que no tuviera una reacción. Salió a las diez de la mañana y regresó a su casa.
Al llegar su hija Andrea le dijo: “mamá no te moriste”. Brenda le respondió que no y se abrazaron.