Advertencias sobre los supuestos peligros del vapeo, presentado como una alternativa a los cigarrillos tradicionales, resurgieron en las últimas semanas en las redes sociales. Mientras algunos usuarios aseguran que es perjudicial para la salud, otros se preguntan por sus efectos. De su lado, la ciencia aún no tiene la respuesta a este debate.
“Originalmente, se creía que eran menos nocivos para la salud, sin embargo, algunos estudios demuestran que el uso de estos cigarrillos constituye un peligro para la salud por su posible asociación con diversas enfermedades”, se lee en una de ellas.
Pero, ¿cuáles son en realidad los efectos del vapeo para la salud? Aquí te contamos más sobre este tipo de cigarros.
¿Qué contienen los cigarros electrónicos?
El vapeo consiste en inhalar vapores creados por el calentamiento a alta temperatura de un líquido en el interior de un cigarrillo electrónico.
Según detalla el Servicio Nacional de Salud de Reino Unido, este líquido no incluye sustancias peligrosas que sí se encuentran cuando se fuma un cigarrillo, como el alquitrán (cancerígeno) o el monóxido de carbono (causa de enfermedades cardiovasculares).
Sin embargo, sí contiene, la mayor parte del tiempo, nicotina. Esta sustancia, muy adictiva, presente también en el tabaco, puede afectar el desarrollo del cerebro antes de los 25 años y, según algunos estudios tener un efecto nefasto en el de los adultos.
Además, el vapor contiene partículas finas que penetran en los pulmones. Para la Academia de Ciencias estadounidense, los líquidos empleados en los cigarrillos electrónicos poseen "muchas sustancias potencialmente tóxicas".
El médico cardiólogo uruguayo Eduardo Bianco, coordinador para Latinoamérica de la Alianza para el Convenio Marco contra el Tabaquismo, explicó que se han identificado más de 3 mil tipos de cigarrillos electrónicos.
“Dentro de los [líquidos] que se han estudiado lo principal es una solución de nicotina. También tienen otros compuestos orgánicos volátiles, algunas sustancias cancerígenas, metales pesados como níquel, estaño, plomo, y les agregan saborizantes para hacerlos más atractivos, como el diacetilo, sustancia que ha sido vinculada a enfermedades graves de los pulmones”, dijo.
“Sin ninguna duda, [los cigarros electrónicos] no serían tan dañinos como el cigarrillo convencional. Pero tampoco son inocuos, en eso sí hay consenso. ¿Cuál es el grado? Allí está la discusión hoy”, concluyó el cardiólogo.
Entonces, ¿es peligroso vapear?
Los investigadores no tienen aún datos suficientes para evaluar los efectos de los cigarrillos electrónicos, ya que comenzaron a comercializarse a principios de los años 2000.
“El verdadero balance entre los beneficios y los riesgos de vapear sigue siendo imposible de evaluar”, aseguró en un artículo Robert H. Shmerling, profesor asociado de la Harvard Medical School. “No hay información disponible sobre los impactos a largo plazo en la salud”, añade.
Para la Academia de Medicina francesa, sin embargo, esto no impide que la toxicidad a largo plazo del cigarrillo electrónico sea “evidentemente muchísimo menor que la del cigarrillo tradicional".
La Organización Mundial de la Salud (OMS), en tanto, se muestra más prudente. En julio pasado, la organización ratificó las conclusiones de un informe publicado en 2014: "Los SEAN (Sistema Electrónico de Administración de Nicotina) son probablemente menos tóxicos que los cigarrillos, pero no hay pruebas suficientes para cuantificar el nivel preciso de riesgo". En cualquier caso, "los SEAN son incuestionablemente nocivos y deberán ser regulados".
Más allá del debate académico, en Estados Unidos, una misteriosa epidemia de enfermedades pulmonares agudas ha causado varias muertes este verano y enviado a cientos de personas a las emergencias médicas. La mayoría había comprado líquidos con THC, la sustancia psicoactiva del cannabis, pero se ignora aún cuál ingrediente, entre los numerosos aditivos, podría haber dañado los pulmones.
¿Vapear permite dejar el tabaco?
Un estudio británico publicado en febrero en el New England Journal of Medicine sostuvo que los cigarros electrónicos eran más eficaces que los parches y otros productos de sustitución. Pero aún no hay suficientes pruebas.
“La evidencia científica sobre los cigarrillos electrónicos como ayuda para dejar de fumar es inconclusa y no está claro si estos productos tienen algún rol en el abandono del tabaquismo”, concluye el organismo.
La OMS no incluye al cigarrillo electrónico entre el arsenal recomendado para dejar el tabaco, y estima que no debe ser promovido como tal hasta que no haya más datos disponibles.
Esta posición provocó la reacción de los fabricantes de cigarrillos electrónicos, que hablan de "desinformación", pero también de algunos especialistas de la lucha contra el tabaco, que defienden la eficacia del nuevo producto. Para estos especialistas, la prohibición de los cigarrillos electrónicos perjudicaría a los fumadores que desean dejar de fumar.
bgpa