Aunque aún no inicia el otoño y el invierno parece lejano, los elementos que podrían marcar la temporada ya comienzan a formarse en el Ártico.
A finales del año, masas de aire frío comienzan a ‘escapar’ del Polo Norte rumbo al sur del planeta, se caracterizan por ser de las más frías que existen y su llegada puede ser señal de un clima severo.
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Usualmente, al ser tan denso, este aire no se desplaza demasiado y se queda en Alaska, Canadá, y el norte de Estados Unidos, sin embargo, hay ocasiones en las que se abre paso más hacia el sur, hasta alcanzar territorio mexicano.
Este 2024, un elemento podría facilitar su camino y es el vórtice polar que ya comenzó a formarse y que además ha mostrado “signos recientes de cambio”.
¿Qué es un vórtice polar y por qué provoca tanto frío?
Un remolino compuesto de aire frío y con un amplia extensión: así es como se puede describir a un vórtice polar según la Oficina de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés), institución que hace énfasis en no confundirlo con una ola de frío.
Pese a que está muy lejos del suelo, al expandirse puede empujar a otras fichas dentro de la atmósfera, lo que le permite enviar aire gélido. No es raro que suceda y que ocasione que los termómetros marquen temperaturas bajo cero en algunas regiones del norte, como por ejemplo Chicago, en donde se han captado videos en los que agua caliente lanzada al aire se congela en menos de un segundo.
Cuando el vórtice es perturbado, propicia que el frío se mueva más hacia el sur y en casos extremos hasta zonas subtropicales, por lo que, aunque no afecta de manera directa, termina favoreciendo la incursión del aire ártico en México.
“Cuando el vórtice se debilita, se desplaza o se divide, la corriente en chorro polar suele volverse extremadamente ondulada, lo que permite que el aire cálido inunde el Ártico y que el aire polar descienda hacia las latitudes medias”, señala la NOAA.
De acuerdo con el meteorólogo Judah Cohen, los modelos meteorológicos predicen “una impresionante perturbación” en el vórtice polar del Hemisferio Norte durante septiembre de este año.
“Es posible que no tenga precedentes para septiembre y podría revertir el próximo patrón pronosticado (...) junto con temperaturas cálidas récord en el este de América del Norte en contraste con la depresión de temperaturas relativamente frías en el oeste de América del norte”, escribió en su cuenta de X (antes Twitter).
Pese a lo señalado, aún no hay nada seguro en cuanto al comportamiento del clima, por lo que los primeros pronósticos se pueden desdibujar fácilmente. Por ahora, las condiciones aumentan la probabilidad de que Canadá, Estados Unidos, Rusia y países del norte de Europa experimenten un otoño que puede ir de normal a más frío de lo habitual.
En tanto, el debate entre meteorólogos aún se mantiene, algunos incluso han asegurado que la pérdida de fuerza en el vórtice no es sinónimo de un invierno frío y que es preferible ignorar la condición por el momento.
Y es que, hay diversos elementos en el clima que fungen como “cintas transportadoras” para las masas de aire lo que puede impedir que el aire frío entre o no a una región.
Apenas en enero de 2024 el vórtice provocó bajas temperaturas en territorio estadounidense, además, al ubicarse más al sur de lo habitual, afectó los pronósticos en México, ya que empujó una masa de aire ártico.
Fue así que se alertaron bajas temperaturas para Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas y Veracruz. No afectó a más entidades debido a una de sus características principales: el aire ártico es muy denso, por lo que no alcanzó a brincar a áreas de mayor altitud.
Algo ocurre en el sur
Mientras algunos comienzan a voltear al norte, los científicos han notado desde hace ya un tiempo un extraño comportamiento en el Polo Sur que ha provocado la alteración del vórtice polar del sur.
Se trata de un evento de calentamiento estratosférico súbito que ocurre cuando hay un aumento rápido de las temperaturas en la capa de la atmósfera situada entre aproximadamente 6 y 50 kilómetros sobre el suelo. Estos eventos no son muy comunes, pero pueden tener un gran impacto en el vórtice polar y pueden durar varias semanas.
En julio, las temperaturas en la estratosfera en el Polo Sur suelen estar alrededor de -80°C. Sin embargo, el 7 de julio, las temperaturas en la mitad de la estratosfera aumentaron 15°C, alcanzando un récord para las temperaturas más cálidas observadas en julio en esa región. Luego, las temperaturas bajaron el 22 de julio antes de subir nuevamente 17°C el 5 de agosto.
Imágenes de la NASA mostraron que la forma del vórtice polar del sur cambió de ser alargada a parecerse más a un ocho o a un maní debido al calentamiento súbito.
Aunque las causas exactas de los SSW no se comprenden completamente, varios factores, como los cambios en el hielo marino, pueden influir en estos eventos.
Durante el período de fluctuación del vórtice polar, Patagonia, una región en el sur de Argentina y Chile, reportó temperaturas récord bajas que causaron la muerte de mucha fauna. Por otro lado, Australia tuvo su segundo invierno más caluroso registrado, con temperaturas promedio casi 1.5 grados Celsius por encima de lo normal
LHM