• De María Félix a Muñoz Ledo: la tartamudez puede derivar en estrés y discriminación

Cada 22 de octubre se promueven campañas de sensibilización en todo el mundo sobre la tartamudez.

Alejandro Evaristo y Alejandro Reyes
Pachuca /

El Día Internacional de la Tartamudez se celebra cada 22 de octubre desde 1998, fecha institucionalizada por la Asociación Internacional de Tartamudos (ISAD, por sus siglas en inglés), con el objetivo de crear conciencia social sobre los retos que enfrentan las personas que tartamudean, eliminar la discriminación y promover oportunidades justas para quienes padecen este trastorno comunicacional caracterizado por interrupciones involuntarias al hablar, acompañadas de estrés, miedo y tensión muscular.

La mayoría de los casos comienzan a manifestarse entre los dos y cuatro años, aunque muchos niños superan la tartamudez durante la adolescencia, y un breve porcentaje mantiene el problema de forma crónica.

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​El Día Internacional moviliza a asociaciones, profesionales de la salud, grupos de autoayuda y personas a nivel mundial para organizar actividades de sensibilización, talleres y conferencias que fomentan el apoyo a quienes tartamudean. En México y otros países se impulsa el uso de hashtags como #DiaInternacionaldelaTartamudez y #ConcienciaTartamudeo para dar visibilidad a esta causa en redes sociales. 

El objetivo clave es visibilizar esta condición y demostrar que no es causante de humor o ternura, sino que puede impactar de forma negativa en la salud mental de las personas.

De acuerdo con el Instituto Estadunidense de la Sordera y Otros Trastornos de la Comunicación (NIDCD, por sus siglas en inglés), esta condición tiene un origen multifactorial que incluye diferencias neurológicas y factores genéticos, junto con influencias del entorno psicológico y social.

En México, la Secretaría de Salud señala que el costo promedio de la terapia del habla puede variar desde cientos hasta miles de pesos por sesión, dependiendo del especialista y el tipo de tratamiento. Integrar terapias del habla y apoyo psicológico es fundamental, pues permite a quienes tartamudean desarrollar habilidades comunicativas y mantener una vida plena.

Cada 22 de octubre se conmemora el Día Internacional de la Tartamudez.

El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ha reportado casos exitosos de tratamientos combinados, donde además de ejercicios para mejorar la fluidez, se abordan aspectos emocionales como la ansiedad, que frecuentemente acompaña al trastorno. El apoyo cercano de familiares, escuelas y comunidades también es esencial para reducir el estigma y mejorar la autoestima de los pacientes.

Además, existen asociaciones, fundaciones y centros de salud que ofrecen apoyo a personas con tartamudez. La Fundación Americana de la Tartamudez (Stuttering Foundation) ofrece información, videos y recursos en español accesibles en línea. La Asociación Nacional de Terapia del Habla (ANTH) y la Secretaría de Salud promueven programas de detección temprana y terapias especializadas.

¿Qué es la tartamudez?

La neuropsicóloga Elisa Martínez González, asesora técnica pedagógica de la Mesa Técnica de Educación Especial de la Secretaría de Educación Pública de Hidalgo, explica que la tartamudez es un trastorno de la fluidez del habla cuyos síntomas principales son disfluencias atípicas, como repeticiones de sílabas y palabras, prolongaciones de fonemas y bloqueos.

Investigaciones recientes identifican un componente relacionado con el neurodesarrollo, vinculado a alteraciones neurológicas junto con factores emocionales como probables causas.

Más de 1.5 millones de mexicanos viven con tartamudez

Riesgos a la salud mental 

Más allá del habla, la tartamudez también implica riesgos para la salud mental, incluyendo ansiedad, depresión y, en casos graves, suicidios.

Expertos en salud mental destacan que muchas personas con tartamudez experimentan temor al rechazo social y aislamiento, lo cual aumenta el riesgo de pensamientos suicidas.

Es fundamental reconocer señales de alerta como ansiedad extrema, pensamientos autodestructivos o aislamiento prolongado, para intervenir de forma oportuna.

Las personas afectadas y sus familias deben acudir a servicios médicos, líneas de ayuda como la Línea de la Vida (800 911 2000) y asociaciones civiles que ofrecen apoyo integral, pues la terapia combinada para el habla y la salud mental es la mejor vía para mejorar la calidad de vida y reducir riesgos.

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Más de 1.5 millones de mexicanos son tartamudos, según la ANTH

En nuestro país, la ANTH estima que más de 1.5 millones de personas presentan algún nivel de tartamudez, equivalente al 1.5 por ciento de la población.

Según cifras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), alrededor del cinco por ciento de los niños entre dos y cinco años atraviesan episodios temporales de tartamudez; sin embargo, tres cuartas partes logran superar esta condición hacia la adolescencia, mientras que un 1 por ciento mantiene un cuadro crónico.

Es importante mencionar que para el tratamiento del tartamudeo infantil se recomienda el apoyo activo de padres y escuelas, con técnicas que incluyen respiración, ritmo y modificaciones conductuales, además de terapia psicológica para fomentar la confianza y superar bloqueos emocionales.

Especialistas del sector salud y universidades mexicanas insisten en la importancia de intervenciones tempranas para reducir impactos negativos futuros. Programas de la Secretaría de Salud y organizaciones civiles brindan talleres y atención especializada, respaldados por estudios recientes de la UNAM que exploran la neurobiología y psicología de la tartamudez.

¿Qué asociaciones hay en México para la tartamudez?

En México hay diversas asociaciones y recursos dedicados a apoyar a personas con tartamudez y sus familias. La Asociación Mexicana de la Tartamudez (AMT) es una de las más reconocidas; brinda apoyo a niños, jóvenes y adultos con problemas del habla, además de promover la sensibilización y ofrecer talleres educativos. Otra organización relevante es la ISAD, que también actúa en México, fortaleciendo la cooperación global y local entre grupos de autoayuda y profesionales especializados. Asimismo, la Fundación Americana de la Tartamudez provee información en español, servicios y apoyo financiero a quienes tartamudean, además de colaborar con campañas de concientización.

El Instituto Nacional de Rehabilitación ofrece atención médica especializada en audiología, foniatría y patología del lenguaje con programas específicos para el tratamiento de la tartamudez.

Además, redes comunitarias y grupos de autoayuda complementan el acompañamiento, ofreciendo espacios para compartir experiencias y estrategias de afrontamiento. Estos grupos y asociaciones son esenciales para mejorar la calidad de vida y reducir el estigma en torno a este trastorno.

Personajes famosos que superaron la tartamudez

Hay varias personas mexicanas famosas que padecieron tartamudez y lograron destacarse en sus ámbitos.

Por mencionar algunas, está el caso del cantante y actor Miguel Aceves Mejía, conocido como El Rey del Falsete, quien tuvo un grado notable de tartamudez, pero esto no le impidió grabar alrededor de dos mil canciones y aparecer en más de 60 películas.

Otra figura icónica es María Félix, considerada una de las grandes divas del cine mexicano, quien superó la tartamudez practicando sus parlamentos con énfasis y desarrollando una voz grave que la ayudó a dominar su problema del habla.

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También se menciona al político mexicano Porfirio Muñoz Ledo, quien tartamudeaba de niño y logró superar la dificultad a través de ejercicios de lectura en voz alta, que le permitieron convertirse en un reconocido orador.

Estas historias demuestran que la tartamudez no es un impedimento para alcanzar el éxito ni para desarrollar una carrera pública destacada. Con apoyo y esfuerzo, es posible superar este trastorno; recuerde: buscar ayuda especializada a tiempo mejora sustancialmente la calidad de vida y la autoconfianza de quienes viven con esta condición.

Uno de cada cuatro niños presenta tartamudez en Hidalgo

En Hidalgo, la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) y otras instituciones educativas han participado en investigaciones y programas para tratar trastornos del habla, aunque la información estadística específica sobre tartamudez aún es limitada.

Según reportes de la Secretaría de Salud estatal y el Sistema DIF Hidalgo, se estima que cerca del 25 por ciento de los niños menores de cinco años presentan algún grado de disfemia o tartamudez, cifra que coincide con las estadísticas nacionales.

En cuanto a atención profesional, existen psicólogos, logopedas y especialistas en foniatría que trabajan en consultas privadas y centros públicos. Por ejemplo, en el estado están disponibles servicios del Sistema DIF, que ofrecen evaluación y terapia del habla, además de asesoría psicológica para el manejo de la ansiedad asociada y recursos y derivaciones para tratamientos integrales. También se puede acudir a servicios del IMSS, que incluyen programas de terapia de habla y salud mental.

Los servicios públicos de salud en Hidalgo incluyen atención especializada en terapias del habla y apoyo psicológico. Se recomienda acudir a estas instituciones para diagnóstico y acompañamiento oportuno.

tartamudez

La neuropsicóloga Elisa Martínez González subraya que, al agravarse dichas disfluencias atípicas, se acompañan de tensión muscular visible, como rigidez en cuello, cara y labios, situación que genera nerviosismo en quienes tartamudean, quienes pueden sentir que pierden el control durante el habla. De ahí la importancia de actuar rápido ante los primeros signos, especialmente en niños menores de tres años, para aprovechar la plasticidad del cerebro y mejorar el pronóstico.

Martínez explicó que existen disfluencias típicas, normales en el desarrollo del lenguaje, y disfluencias atípicas, que pueden asociarse con la tartamudez. En los casos donde se observan bloqueos físicos evidentes y esfuerzo para hablar, recomendó iniciar tratamiento inmediato. El enfoque terapéutico actual involucra a la familia, promoviendo un estilo comunicativo que reduzca presiones y fomente la escucha activa, poniendo atención al mensaje más que al bloqueo durante el habla.

La tartamudez, reitera, es un trastorno del neurodesarrollo que comparte características con otros, como el autismo o el trastorno por déficit de atención, por lo que destaca la necesidad de que maestros y padres comprendan que el niño no tartamudea por voluntad o rebeldía, sino por una condición neurológica que requiere modificación del entorno comunicativo para apoyar su desarrollo.

Recuerde: si usted es familiar o amigo de una persona con este padecimiento y sospecha que el paciente presenta un cuadro de depresión, no dude en contactar la Línea de la Vida (800 911 2000), que brinda orientación telefónica las 24 horas. Además, existen plataformas como Doctoralia, que reúne profesionales especializados en tartamudez en diversas ciudades, facilitando la búsqueda de especialistas.


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