Desde hace más de 30 años Don Herminio Durán ha dedicado su vida a la elaboración de piezas de perlilla una vara de arbusto que crece en la montaña de Texcoco.
Su amor por su tierra lo ha llevado a combinar desde hace varios años este arte con el campo e incluso la albañilería, oficios que practica durante el año para sostener a su familia en la comunidad de Santa Catarina del Monte.
En una montaña donde la mayoría de las familias se dedican a la música de viento, Herminio y otros 24 artesanos mantienen viva esta tradición que adorna la navidad de miles de familias, no solo de la región Texcoco, sino del centro del país, pues mientras ellos dan forma a las figurillas como renos, canastillas y hasta nacimientos, otros las venden.
“Nosotros se podría decir que somos mayoristas, hacemos las figuras y les vendemos en la región volcanes, en la Ciudad de México, en la región de Toluca, varios puntos, los clientes vienen y nos piden y nosotros prácticamente armamos las artesanías todo el día y a veces hasta en la noche”, detalló.
Pero el trabajo no es fácil, se utilizan alambres para realizar las bases y enlazar las decenas de varas, mientras minuciosamente se le da forma.
“Estas astillas me llegan a abrir la mano, estas son peligrosas para mí, entonces esto ya no lo utilizo afuera lo utilizo dentro de la pata para que no me lastimen y esta vara que ya está limpia nos tapa”, agregó.
Don Herminio fabrica al menos 700 piezas desde octubre ya hasta la segunda semana de diciembre para entregarlas a sus compradores, aunque su venta fuerte está en el mayoreo, también vende a las decenas de personas que visitan la comunidad como parte de la fiesta patronal de Santa Catrina de Alejandría Virgen y Martir que se realiza la segunda quincena de noviembre, y que se acercan a su pequeño taller ubicado a un costado de la parroquia.
Ser artesano de Perlilla no ha sido fácil, no es un trabajo que se valore e incluso pocas personas saben que los verdaderos artesanos están en un taller trabajando día y noche para realizar figurillas de 20 centímetros y hasta más de dos metros.
“Me dicen: no manches como le haces, porque se ve que se hacen rápido las coas, pero no es tan fácil, por ejemplo, esta vara yo la ocupo para las patas, este follaje para orejas y cuernos, esto lo ocupo para el cuerpo, todo tiene su función de la vara”, dijo.
Una artesanía como esta va desde los 100 pesos hasta los 2 mil 600 las más elaboradas de dos metros o las que incluyen 13 piezas como lo son los nacimientos, unos de los favoritos para este fin de año.
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