Por segunda ocasión en menos de dos semanas, vecinos de la colonia Roma se manifiestan para externar su preocupación respecto a los trabajos de demolición que se realizan en el inmueble ubicado en la calle Durango número 167, donde desde hace un mes, se llevan a cabo labores que, aseguran, generan afectaciones a sus viviendas.
Desde hace un mes, los constantes golpeteos de las maquinarias que utilizan para demoler un edificio, la caída de enormes placas de concreto desde una altura estimada de 40 metros y el constante ruido que esto provoca, han causado vibraciones que los habitantes tienen que soportar y que además han ido en aumento.
Estas obras se llevan acabo en un edificio que resultó severamente afectado por los sismos de 2017 y 2019. Sin embargo, los vecinos aseguran que estos trabajos se realizan fuera de la norma.
Vecinos aseguran que han solicitado la intervención las autoridades e incluso le han pedido al Fideicomiso para la Reconstrucción Integral de la Ciudad de México, a la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial (PAOT) y a la Secretaría de Vivienda capitalina (Sevivienda), que se pronuncien respecto a la normatividad de esta obra de demolición, pero los vecinos han sido ignorados.
Semáforos informativos sobre Durango e Insurgentes: Los vecinos mantuvieron bloqueos por varios minutos en ambas vialidades con el objetivo de hacer visible este problema que aqueja a decenas de inmuebles que se ubican en las calles Durango, Uruapan, Monterrey e Insurgentes.
Los inconformes solicitan que la obra se lleve a cabo con protocolos adecuados, respetando las normas de seguridad y sin poner en riesgo a terceros, además, exigen que se presente un Director Responsable de Obra (DRO), como responsable de la misma.
El representante vecinal señaló que esta será quizá la última manifestación pacífica, pues de no ser atendidos, estarían valorando realizar cierres viales que permanezcan, sin dar a conocer que avenidas estarían bloqueando en los próximos días.
Es importante señalar que la colonia Roma, se localiza en una zona de alta sismicidad, situación que mantiene a sus habitantes preocupados, pues las vibraciones que provoca la maquinaria, puede abonar a las grietas que sus viviendas tienen producto de los sismos de años pasados.
CHZ