La mariposa Monarca es uno de los polinizadores más importantes, y se considera una de las especies bandera de la región de Norteamérica, porque para su supervivencia necesita de los bosques donde habita, descansa y se reproduce, y esto se traduce en servicios ecosistémicos aprovechados por los seres humanos, entre ellos y el más importante, el agua.
Tan solo en la región donde se instalan para hibernar en México, que comprende 16 municipios del Estado de Michoacán y 10 del Estado de México –casi un millón de hectáreas en el centro del país–, “producen del 38 al 40 por ciento del del agua que se consume en la zona metropolitana de la Ciudad de México: 13 alcaldías y 14 municipios del estado de México, donde casi 6 millones de personas toman agua”, explicó Eduardo Rendón Salinas, subdirector del programa Ecosistemas Terrestres del Fondo Mundial para la Naturaleza en WWF México, en entrevista para MILENIO.
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Pero este insecto no solo impacta directamente en la recolección del líquido vital, la salud de los bosques y la economía de los habitantes de las zonas donde se hospeda; también son fundamentales en la polinización durante todo su camino, pues lo hacen cuando buscan plantas y recolectan el néctar de las flores para alimentarse. Las mariposas son las arquitectas de todos los ecosistemas terrestres de nuestro continente.
Al ser una especie tan importante, y México su sede principal de descanso para evitar el frío invierno de Estados Unidos y Canadá, alimentar sus larvas y reproducirse, la conservación se ha vuelto trascendental. Por ello, se han formado sociedades estratégicas e históricas como es el caso del programa Juntos por las flores silvestres y la mariposa Monarca, una iniciativa diseñada por Air Wick, de la mano de World Wildlife Fund (WWF).
"Esta iniciativa busca retribuir a la naturaleza parte de lo mucho que nos ha dado, al tiempo que cuidamos el equilibrio ecológico. Nuestro foco es la reforestación de plantas y flores silvestres en áreas prioritarias a nivel mundial", dijo Valeria Cordero, category manager de Air Wick.
Para la compañía fue trascendental tener un programa con un propósito de gran alcance e impacto que fuera sostenible en el tiempo, en alianza con una organización cuyos principios y acciones empataran desde un pensamiento y activación global.
Valeria Cordero explicó que el programa está construido desde 4 ejes principales: el primero, la reforestación de 750 mil árboles; el segundo, la protección y vigilancia de 13,500 hectáreas en el hábitat de conservación de la mariposa Monarca; el tercero tiene una vinculación social que genera 150 empleos para la comunidad de la zona; y el cuarto es la creación de 3 jardines aromáticos en los que las Nanas purépechas generan también recurso propio para aumentar su ingreso económico.
El objetivo del programa es incidir en los sitios de hibernación y en la ruta migratoria: “en los sitios de hibernación, con proyectos de producción de planta y reforestación, para tener bosques sanos que le permitan a la mariposa tener una hibernación sana; y en la ruta migratoria estamos produciendo plantas nativas que son el alimento, a través de su néctar en las flores, para estas mariposas migratorias pero también para todas las especies que están migrando, de insectos, de aves y hasta de murciélagos”, describió Rendón Salinas.
La iniciativa de Air Wick tiene como propósito conectar a los consumidores con la naturaleza: “buscamos regresar a la naturaleza un poco de lo que nos brinda porque sin ella no podríamos disfrutar de los beneficios a nuestro bienestar. Sin la naturaleza, Air Wick no existiría. Le debemos tanto que es nuestra responsabilidad cuidarla”, puntualizó Valeria Cordero.
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RRR