La DO Ribera del Duero representa una combinación entre tradición e innovación. Sus vinos, elaborados principalmente con la variedad Tempranillo, ofrecen una expresión única del terroir y un carácter distintivo que los ha convertido en un referente en el mundo del vino.
En palabras de Alberto Tobes, director de viticultura, enología y panel de cata del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero, la misión es clara: “buscamos aplicar los últimos avances en viticultura y enología, adaptándose a nuestra zona, para responder tanto a los retos actuales como a los que puedan surgir en el futuro”, señala en entrevista con MILENIO.
Con más de 26 años de experiencia en el Consejo Regulador, Tobes lleva el vino en la sangre, habiendo crecido en un entorno familiar de viticultores. Es responsable de los temas técnicos del viñedo, del asesoramiento dentro del propio organismo, así como en temas relacionados con normativas y de investigación que realiza en colaboración con las universidades, con entidades públicas e institutos tecnológicos a nivel nacional e internacional.
En la entrevista, realizada en las instalaciones del Consejo Regulador de la DO Ribera del Duero, detalla que también colabora con el Departamento de Promoción, acompañando visitas y catas técnicas con especialistas nacionales e internacionales, además de medios especializados, “doy prácticamente todas las presentaciones técnicas en cuanto a nivel de vino a nivel nacional y dar seguimiento de campo de la Denominación de Origen”.
Justamente, durante nuestra visita realizamos una cata guiada por Tobes, en la que nos sumergimos en la diversidad y riqueza de la Ribera del Duero, una experiencia con vinos que revelan su diversidad y su altísima calidad.
Tener la mayor calidad de vinos, el objetivo
Previo a la cata, Pablo Baquera Peironcely, director de marketing del Consejo Regulador de la DO Ribera del Duero, aseguró que “hay una enorme mentalidad por parte de todas las bodegas de obtener productos de alta calidad: un dato importante es que aproximadamente el 70 por ciento de la vendimia se sigue haciendo manual, es decir, racimo a racimo, reflejo de esa mentalidad de calidad del vino que buscan obtener en cada vendimia”.
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De la vendimia se sigue haciendo de forma manual, es decir, racimo a racimo, que tiene como objetivo obtener la mayor calidad del vino: Pablo Baquera Peironcely, director de marketing del Consejo Regulador de la DO Ribera del Duero.
Recordó que la DO Ribera del Duero tiene las variedades autorizadas: tempranillo, cabernet sauvignon, merlot, garnacha tinta, malbec y la variedad blanca albillo mayor, “por lo que cada bodega es libre de desarrollar sus etiquetas: lo que vas a catar aquí, es un reflejo de la gran variedad y diversidad de producto y de percepción de tipo de uva”, indicó.
Al respecto, Alberto Tobes, recordó que la reglamentación exige que los vinos se hagan de uva tempranillo (Tinta del País o Tinto Fino, como también se le conoce) en un mínimo de 75 por ciento, pero no descartan que en un futuro se incorporen nuevas variedades.
Expresión del Terroir en una cata demostrativa
Durante la cata de 10 vinos guiados por Tobes, nos sumergimos en la diversidad y riqueza de la DO Ribera del Duero. Blancos, rosados y tintos, de bodegas emblemáticas de la zona, una pequeña muestra de lo que se pueden encontrar los visitantes a esta región vitivinícola española.
Iniciamos con El Lagar de Isilla. Albillo mayor, “esta bodega utiliza “damajuanas”, pues ha hecho múltiples pruebas y ha visto que es lo que le gusta. Este vino es de 2022, tiene dos años, pero lleva ya en botella más de un año, precisamente ahora es cuando el vino se empieza a expresar”, detalló Tobes.
El siguiente fue Hoyo de la Vega, un rosado 2023 de Bodegas Valle de Monzón, 2023, que como bien dijo Tobes, es “de esos vinos que gustan a todo el mundo; fresco, frutal y goloso, un vino que invita a beber y disfrutar”.
Al avanzar en la cata, descubrimos otros vinos emblemáticos, como Protos 27, “es la bodega que cedió el nombre a la propia Denominación de Origen. Es un vino en homenaje a los creadores de la bodega, que se formó en 1927. Es un vino que le sacaron en el 90 aniversario de la bodega, o sea, en el año 2017, con la primera añada”, explicó el especialista.
Después seguimos con Monteabellón. Finca La Blanquera 2019,“un cien por ciento tempranillo con 24 meses de barrica en roble francés. Tiene estructura y una acidez brutal porque es muy alta, pero sin embargo está perfectamente equilibrada: para mí es un placer, me parece una auténtica maravilla”.
También probamos Las Mastillas. Bodegas Dominio de Cair, “un vino 95 por ciento tempranillo con cinco por ciento de albillo. Proviene de un viñedo de más de 90 años. En la región tenemos 30% de viñedos viejos, ese viñedo que se lleva mayor selección, más top, que representan también un gran porcentaje de nuestra comercialización”.
Otros tempranillos fueron Matarromera, “con 18 meses en barrica: 9 en roble francés y 9 en roble americano. También de viñedo viejo, en este caso de 96 años”; La loba 2020, “vendimia manual con crianza de 11 meses en barrica de roble francés. Proviene de viñedos centenarios y de altura. De color intenso con aremas a madera, frutos rojos, notas de regaliz negro y pimienta. Al degustar es carnoso y goloso”, y Malleolus de Valdemiro, “con crianza en barrica de roble americano y francés. Muy buen color, muy vivo, mirad como mancha la copa, una barriga pintada; en nariz es un vino que yo defino como elegante, armonioso, frutal, madera, tostados, fruta negra ya ligeramente sobremadura o embotada”.
Para finalizar este primer encuentro con la variedad de la DO Ribera del Duero degustamos un Inés Vizcarra, “con 95 por ciento tempranillo y cinco por ciento merlot, crianza de 18 meses, en roble francés y americano, tiene una intensidad alta en nariz llega la madera y los frutos rojos; en boca es un vino persistente y elegante. En prácticamente todas las guías especializadas ha recibido más de 90 punto”, y Solideo, “un Reserva del 2020, proveniente de agricultura ecológica, 85 por ciento tempranillo, 12 por ciento cabernet sauvignon y 3 por ciento albillo con una crianza de 42 meses en roble americano y francés. Por eso aparece en el olfato esas maderas nobles con los tostados, incluso recuerdo, de hoja de tabaco, con los balsámicos, me parece un conjunto de sensaciones espectaculares”.
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Turistas recorrieron la DO Ribera del Duero en 2023; 67 por ciento visitó las bodegas. Es la tercera ruta enoturística más visitada de España.
Cada vino nos contó su propia historia, impregnada de tierra, sol y esfuerzo humano. A decir de Pablo Baquera Peironcely “la gente enamora con su dedicación, con su esfuerzo, con su cariño, con cómo viven su pasión por el vino. Tienen un enorme conocimiento y una enorme capacidad para desarrollar vinos de alta calidad y que nos hace seguir, año con año, manteniendo un éxito importante de cara a los consumidores globales”.
Y así lo pudimos comprobar en las bodegas que visitamos y las siguientes catas que realizamos durante nuestra estancia en la región. En esta ocasión recorrimos Virtus, Lleiroso, Carmelo Rodero, Viña Sastre, Pago de Carraovejas, Dominio de Calogía, Pradorey, Francisco Barona, López Cristóbal y Balbás. Además de catas en el restaurante La Pícara, en el Palacio de los Berdugo y en el 51 del Sol; reflejo de la vastas opciones que ofrece la región vitivinícola, que en 2023 recibió poco más de 368 mil visitantes, lo que la convirtió en la tercera ruta enoturística más visitada de España. (Continuará)
RRR