2 mil millones en el mundo no tienen acceso a alimentos suficientes

Seguridad alimentaria. Empresas como Kellogg hacen un llamado a la sociedad para llevar a cabo acciones que contribuyan a erradicar el hambre en el marco del Día Mundial de la Alimentación

Se donarán más de un millón 400 mil porciones de alimentos. (Cortesía)
Carlos Hernández Hernández
Ciudad de México /

En el mundo hay 3 mil millones que no tienen acceso a dietas correctas, aunado a 2 mil millones de personas que no tienen acceso regular a cantidades suficientes de alimentos nutritivos e inocuos, de acuerdo con información de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO); esto puede contribuir a que la obesidad siga creciendo. En México, 1 de cada 5 personas sufre algún tipo de carencia de acceso a la alimentación, el equivalente a 28.6 millones de personas.

Sumado a lo anterior, la llegada de la pandemia magnificó el pronóstico de esta problemática que podría aumentar más de 100 millones a los 690 millones de personas que ya padecen hambre. Este escenario creciente se vislumbra en México, Latinoamérica y el resto del mundo.

En contraste, a nivel mundial se desperdician 1,300 millones de toneladas de alimentos al año. En el país 1 de cada 3 alimentos que se producen terminan en los contenedores de basura, según cifras del la Red de Banco de Alimentos de México (BAMX).

Ante este panorama, empresas como Kellogg buscan opciones para ayudar a reducir el hambre, mejorar las prácticas de agricultura y lograr mayor eficiencia en su cadena de valor con estrategias como Mejores Días, creada en 2006 a nivel global, con el propósito de que más personas tengan una alimentación adecuada.

En México, esta compañía trabaja de la mano con la Red de Bancos de Alimentos de México desde hace 15 años, mientras que en el resto del mundo lo hace con The Global Foodbanking Network (GNF), una red de colaboración para el desarrollo de bancos de alimentos en comunidades donde se necesitan y de apoyo a los ya existentes.

Al respecto, Roberto Vázquez, director de Asuntos Corporativos para Kellogg Latinoamérica, señala que: “Una de nuestras metas a nivel global es crear Mejores Días para 3 mil millones de personas al 2030, abordando las situaciones interrelacionadas de bienestar, seguridad alimentaria y resiliencia climática, apoyando de manera directa a distintos Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, como el número 12, que busca garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles”.

En México, a través de esta alianza con BAMX se han atendido a cerca de 13 millones de personas hasta la fecha, a través de donativos en especie y efectivo, así como con programas de voluntariado y de rescate de frutas y verduras en el campo. Durante 2020 se donaron cerca de 12 millones de porciones de alimentos y este 16 de octubre, en el marco del Día Mundial de la Alimentación, se hará una entrega especial de 1,486,358 porciones a comunidades vulnerables del país.

“Para Kellogg, el Día Mundial de la Alimentación es una oportunidad para dar un mensaje de aliento y empatía al mundo y para hacer un llamado a la sociedad, porque si sumamos todos nuestros esfuerzos, será más sencillo combatir el hambre en México y el mundo”, enfatizó Roberto Vázquez.

Apoyos a productos y al campo

Como parte de sus acciones integrales, Kellogg busca apoyar a un millón de agricultores, especialmente a mujeres y a pequeños agricultores, para conservar los recursos naturales en la obtención de ingredientes y reducir el desperdicio de alimentos. A nivel nacional, “estamos enfocados en lograr nuestro objetivo de utilizar empaques ciento por ciento reutilizables, reciclables o compostables para finales de 2025”, señala el director.

Otro programa enfocado al campo es Apoyo al Abastecimiento Responsable en México, donde se contribuye a que los agricultores produzcan maíz amarillo sustentable en Sinaloa, Guanajuato y Querétaro. En él participan cerca de 400 productores, quienes implementan prácticas de agricultura sustentable en una superficie de más de 6 mil hectáreas, con lo que han aumentado la eficiencia del uso de agua un 10% en la producción de cada tonelada de maíz.

También se ha reducido 23% la emisión de CO2 al emplear menos combustible en la producción, pero el objetivo para 2030 es “reducir hasta 45% las emisiones de efecto invernadero de lo que generamos al producir y lo que genera quien vende la proporción de energía y combustible”, concluye.






RRR

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