Todos estamos familiarizados con el concepto de la nube, pero ¿qué tanto saben sobre su futuro y evolución? Una de sus definiciones clásicas, la contempla como: la capacidad de alojamiento de datos y computación. Sin embargo, su evolución incorpora redes programables que buscan crear un ecosistema inteligente que responda de forma ágil, permitiendo un mejor control de sistemas complejos desde los centros de operaciones distribuidos geográficamente.
Aún estamos en una fase donde muchas empresas están trasladando sus operaciones a la nube. Una de las principales razones por las que las compañías buscan migrar de un espacio local a la nube, es por disminuir costos, no comprar, rentar o pagar licencias de hardware y software de IT. Sin embargo, al migrar de un centro de datos local a una nube, se deben cubrir los gastos de la infraestructura heredada hasta garantizar la interoperabilidad entre el legado y la nube. Esto representa una inversión a largo plazo y no inmediato, es sumamente importante considerar que la migración no ocurre de un día a otro.
Invertir en la nube mejora la eficiencia de la organización. La nube tiene un gran potencial, pero nada está garantizado. Convertir la migración a la nube en una herramienta competitiva depende de qué tan viable es una idea, qué tan cuidadoso es el plan y qué tan realistas son las expectativas.
“Cloud está disponible para todos los negocio, pero ¿tu negocio está listo para la nube?”, reflexionó Juan Carlos Montero, director de seguros en NTT DATA México.
La migración a la nube permite reconfigurar las estructuras y operaciones de los colaboradores de la empresa: cómo interactúan, cómo emplean la tecnología, dónde se encuentran, decidir qué componentes serán de uso interno y cuáles de uso externo. Todo con la finalidad de maximizar su uso y valorar qué operaciones de la antigua estructura valen la pena conservar. Así, la nube permite repensar de forma creativa si los procesos funcionan, si es necesario reorganizar o si es mejor operar desde cero.
La evolución en la nube
La nube de la próxima generación combina los componentes de la nube tradicional (alojamiento, datos, seguridad y computación) con: inteligencia para el procesamiento de latencia ultrabaja; conectividad de ancho de banda, así como tecnología inmersiva para analizar datos masivos en tiempo real y potencializar el trabajo colaborativo. Esta segunda revolución se enfoca en la comunicación y la creación de redes para cambiar la concepción original de la nube como una serie de centros de datos con conexión entre sí a una red compleja, inteligente y programable de derecho propio.
Entre la tecnología que impulsa la transformación de la nube se encuentra el internet de las cosas (IoT), los dispositivos Edge, la tecnología inmersiva, las conexiones de baja latencia, las interfaces de programación de aplicaciones (API) y los servicios informáticos sin servidor (serverless).
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El internet de las cosas (IoT) se encarga de proporcionar matrices de sensores de creciente sofisticación, con la capacidad de recopilar, procesar y entregar datos complejos, que convergen en una gran base de datos. Los dispositivos Edge, permiten que la inteligencia esté presente en tiempo real en cualquier espacio, al conectar dispositivos IoT basados localmente para recopilar, procesar datos y gestionar de forma remota sistemas locales. La inteligencia artificial, los algoritmos y los dispositivos Edge cercanos facilitan la toma de decisiones, al crear estímulos por medio de factores tecnológicos, ambientales, sociales o comerciales, que hacen más inteligente y activa la red, con la finalidad de llegar a la hiperautomatización.
Los sistemas inmersivos, combinan realidad virtual y aumentada para desarrollar espacios de trabajo virtuales compartidos, creando una interacción profunda en remoto. Las conexiones de baja latencia ayudan a crear flujos de datos más completos que consumen menor ancho de banda. Las interfaces de programación de aplicaciones (API) abiertas permiten combinar datos en tiempo real y el acceso de terceros a aplicaciones, datos y espacios de trabajo, agilizando la red. Los servicios informáticos sin servidor (serverless) permiten diseñar y proveer funcionalidad directa a los canales de forma autoescalable y autogestionada, sin preocuparse por la infraestructura, plataformas y administración.
Estos cambios tecnológicos habilitan nuevas interacciones laborales que impactarán en diferentes sectores, como las ciudades inteligentes, la atención médica (individualizada, basada en una combinación de dispositivos en el sitio y medicamentos personalizados), el entretenimiento o la manufactura (grandes fábricas centrales y centros locales, conectados e impulsados por la misma estrategia comercial). Un ejemplo en concreto puede ser en la industria financiera, donde se promueven plataformas de transacciones y sistemas de comunicación para conectar servicios y soluciones en corto plazo, sin importar los volúmenes de datos y la distancia geográfica.
Impulsores del cambio: Tecnología y convergencia empresarial
La velocidad del pensamiento y la agilidad de los ecosistemas son más importantes que la tecnología en sí, así el desafío para las empresas es visualizar y repensar su estrategia para seleccionar las acciones e inversiones a futuro que les proporcionen una ventaja competitiva y generen impacto. La forma de migrar está pasando a segundo plano y el foco está girando en torno al uso y ejecución de las aplicaciones en la nube, mejorando el time to cost, time to market, time to experience y time to innovation.
"Actualmente la situación es más retadora, las empresas se enfrenten a competidores que han nacido de forma digital”, menciona Juan Carlos Montero, director de seguros en NTT DATA México.
Entre la ola de cambios que la transformación de la nube ha impulsado, se encuentran la interacción y colaboración, donde las prácticas y métodos de trabajo se alteran en diferentes industrias. Como ejemplo tenemos el uso masivo de sensores en la industria petrolera, ya que estos sensores ayudan a monitorear la función de los equipos, proporcionar alarmas y elaborar reportes en tiempo real.
En un futuro, las empresas podrán reducir riesgos, generar ganancias más rápidas y colocar las necesidades comerciales al centro de cualquier cambio. La nube ayudará a crear oportunidades, pero las personas necesitarán aprovecharlas, renovar los modelos operativos para crear un impacto en el rendimiento. El foco de la conversación recaerá en las personas, crear los perfiles que se necesitarán para generar e impulsar procesos fluidos, evolutivos y flexibles en la organización. En ese sentido, las compañías tendrán que considerar e invertir en el talento humano, a través de lo que el World Economic Forum ha definido como Upskilling y Reskiling.
“Estamos evolucionando a una velocidad sin precedentes y en el futuro cercano será más acelerada”, explicó Juan Carlos Montero, director de seguros en NTT DATA México.
El tiempo en el que estamos es un período de flujos sin precedentes, de rápida convergencia tecnológica, cambios políticos, sociales y choques culturales, donde la apropiación tecnológica en conjunto con la creación de equipos diversos es una ventaja competitiva, es por eso que, si una organización aún no ha comenzado la migración de una red local a la nube, es tiempo de hacerlo, ¿cuántas empresas no migraron con prisas con la llegada del covid-19? Su realidad se transformó y con flexibilidad se adaptaron a las nuevas oportunidades. Este es el primer paso para explotar la presencia en la nube.
RRR