Master Class de cocina y vinos de Ribera del Duero

La región vitivinícola y la Cámara Española de Comercio organizaron una clase cocina con los chefs Emmanuel Prieto y Christianne Domit, para preparar dos emblemáticos platillos de su restaurante Taverna

Los vinos de la región española resaltaron los sabores y las texturas de los platillos. (Ramón Rivera)
Ramón Rivera
Ciudad de México /

Una experiencia inmersiva organizó la representación de la Denominación de Origen de Ribera del Duero junto con la Cámara Española de Comercio en México (Camescom) a través de una clase de cocina, dirigida por los chefs del restaurante Taverna: Emmanuel Prieto y Christianne Domit, en Ingredienta Polanco.

En esta fusión de ingredientes frescos y el suave burbujeo de las ollas, los asistentes prepararon dos de los platillos más emblemáticos de Taverna: "Dátiles rellenos de chorizo" y "Arroz caldoso con mariscos", los cuales fueron acompañados por cuatro vinos también íconos de la región española: Luz Millar, Protos 9 meses, Marqués de Valparaíso y Condado de Haza.

Cocina simple y sustentable

Emmanuel Prieto comenzó su formación profesional bajo un destacado chef francés en Brasil; es dueño de la disciplina de la cocina francesa y sudamericano desde los 18 años. A los 25 años, Emmanuel emprendió una búsqueda culinaria para descubrir los alimentos del mundo, combinando los platos locales y la técnica de cocción en algunos de los mejores restaurantes del sur.

El estilo de cocina de Emmanuel Prieto es una combinación única de técnicas original y de sabor permeada por su recorrido por el mundo, y un amor por los platos tradicionales. Asimismo, la integración de la memoria como ingrediente, y el uso de humos, huevos y cenizas como elementos principales para su comida. En sus nuevos proyectos, el chef busca constantemente ingredientes locales y frescos, así surgió Taverna, su primer restaurante en la Ciudad de México.

Chefs Emmanuel Prieto y Christianne Domit. (Ramón Rivera)

Su cocina se abastece de productos orgánicos y nutricionales locales, pesca de cría y frescos; todos tocan un papel importante en su desarrollo de la comida. La simplicidad y el enfoque de las estructuras básicas se conjuga perfectamente con el trabajo de la chef Christianne Domit.

Y es que la chef Christianne Domit, también viajó por distintos lugares para descubrir su propio estilo culinario: realizó prácticas con el chef Rodolfo Castellanos en Oaxaca; después con Dan Barber, autor de El tercer plato; Ben Sherry, de Attica (Australia), y David Thompson, de Nahm (Tailandia), entre otros. Estas experiencias le permitieron desarrollar una profunda comprensión del origen de los ingredientes y enriquecer su enfoque culinario.

En la clase, los asistentes no solo aprendieron las técnicas precisas para lograr el crujiente perfecto de los dátiles rellenos, sino que también descubrieron la historia detrás de cada plato, incluyendo el origen mediterráneo del arroz caldoso. Esta receta, inspirada en los arroces caldosos de la costa portuguesa, fue perfeccionada por Prieto en un viaje por el Mediterráneo, creando un vínculo profundo entre los sabores de mariscos frescos y las técnicas tradicionales.

Maridaje de ensueño

En esta ocasión los vinos, cuidadosamente seleccionados de la región de Ribera del Duero, resaltaron los sabores y texturas de los platillos, creando una experiencia multisensorial para los asistentes.Luz Millar, un vino joven y vibrante , fue la elección perfecta para acompañar los dátiles rellenos, con notas afrutadas y un ligero toque especiado que complementó el sabor ahumado del chorizo.

Para el plato principal, el arroz caldoso, se presentaron tres vinos excepcionales: Protos 9 Meses, Marqués de Valparaíso y Condado de Haza. Protos, con su crianza de nueve meses en barrica, aportó cuerpo y una rica estructura que armonizaba con la profundidad del arroz y los mariscos, mientras que el Marqués de Valparaíso ofreció un toque más suave, con notas de frutas maduras y un retrogusto persistente. El Condado de Haza, por su parte, se destacó por su carácter robusto y taninos equilibrados, cerrando la experiencia con un final redondo.

Luz Millar, un vino joven y vibrante, fue la elección perfecta para acompañar los dátiles rellenos. (Ramón Rivera)

Experiencia sensorial

La combinación de alta cocina y excelentes vinos permitió a los asistentes disfrutar de una experiencia que iba más allá del simple aprendizaje culinario. Los chefs no solo compartieron técnicas, sino también historias personales que reflejan la pasión que ambos sienten por la gastronomía. Ribera del Duero, con sus vinos emblemáticos, logró elevar cada bocado, dejando una huella imborrable en el paladar de los asistentes.

Para quienes buscan una experiencia culinaria que integre lo mejor del vino y la cocina, esta master class fue una muestra perfecta de cómo ambos mundos pueden fusionarse en armonía.




RRR


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