Millesime GNP Weekend ofreció experiencias gastronómicas inolvidables

Durante cuatro días, los asistentes a Millesime GNP Weekend, en San Miguel de Allende, probaron los sabores únicos de 24 chefs y una amplia variedad de finas bebidas

Millesime GNP Weekend ofreció experiencias gastronómicas y enológicas elaboradas por chefs que quedaron en la memoria de los comensales. (Cortesía)
Gerardo Contreras
San Miguel de Allende /

San Miguel de Allende se deleitó con los sabores que ofreció la segunda edición Millesime GNP Weekend. Del 25 al 28 de mayo, los asistentes probaron una amplia oferta gastronómica y de coctelería premium preparada por reconocidos chefs y bartenders de México y el mundo.

“La esencia principal de Millesime GNP Weekend, al igual que Millesime Ciudad de México, es el disfrute con la alta gastronomía, a partir de los grandes profesionales ya sean bartenders, chefs, enólogos de cada una de las marcas”, comentó en entrevista para Milenio, Manuel Quintanero, director de Millesime GNP.

La sede principal del exclusivo evento fue el Hotel Rosewood, en donde se realizó Garden, un espacio de mil 200 metros cuadrados que fue diseñado para la degustación de productos gourmet, vinos y destilados de alta calidad y platillos elaborados por chefs como Pedro Evia de Kuuk (Mérida), Celia Florián de Las quince letras (Oaxaca), Rafael Zaga de Galea (CDMX), Rodrigo Rivera de restaurante Koli (Monterrey), Pablo Carrera de Catamundi (México), entre otros.

Las Cenas de Altura llamaron la atención del público, pues durante los primeros tres días, chefs con estrellas Michelín compartieron cocina para sorprender a los comensales con una mezcla de sus sabores en cenas de seis tiempos con su respectivo maridaje.

“Es increíble cómo las diferentes culturas se mezclan, todos tenemos una misma pasión que es la cocina y nos gusta enseñar nuestra cocina y absorber del resto. Entonces, son encuentros mágicos porque conoces la gastronomía de la mejor manera, de la mano de los cocineros. Para los chefs es bueno porque conocen más, es bueno para toda la ciudad y para toda la gente que viene y lo vive de cerca”, declaró en entrevista Lucía Freitas, chef con estrella Michelin invitada a las Cenas de Altura.

El Hotel Casa Blanca tuvo cupo lleno de los sabores y olores de los platillos que prepararon Diego Oka del restaurante La Mar y Rodrigo de la Calle de El Invernadero en Madrid. Por su parte, el Hotel Casa 1810 alojó la sazón de Lucía Freitas del restaurante A Tafona de Santiago de Compostela y de Carlos Gaytán de Tzuco en Chicago.

“Es una experiencia maravillosa en un fin de semana poder conocer la variedad gastronómica, enológica no solo de México, sino de muchas partes del mundo. Venir a un evento como este es probar lo mejor de la gastronomía y vale la pena porque el ambiente y la música y todo lo amerita”, dijo el actor Carlos Marmen.

Además del disfrute, el evento se convirtió en un detonador de la economía de San Miguel de Allende, de acuerdo con el secretario de turismo estatal, Juan José Álvarez Brunel. “Estimamos una ocupación hotelera del 60 por ciento, una derrama económica de más de 80 millones de pesos y estamos esperando a más de 2 mil asistentes durante el Garden y las cenas temáticas”, declaró el funcionario.

El jardín de las delicias


Sabores guanajuatenses, mexicanos y del mundo florecieron en Garden, el evento principal de la segunda edición de Millesime GNP Weekend. Los chefs prepararon, a la vista de todos, sus especialidades que hicieron florecer las sonrisas de los asistentes.

En una gran puesta en escena a cargo del Arquitecto Mauricio Galeano, el evento lució un exquisito interiorismo con piezas de Casa Armida, firma sanmiguelense que ha cruzado fronteras, y con el que se logró el ambiente perfecto para que los asistentes vivieran noches de ensueño.

Rodeados de un jardín lleno de plantas los stands complacieron todos los gustos: el mejor curry de León, macarrones de mole y recado negro, helados de carajillo congelados en nitrógeno, caviar de las más alta calidad, miel y salsa trufada, mini hamburguesas de asado, tapas de escamol con berenjena y mucho más.


“Para nosotros los chefs, este tipo de eventos es un ganar-ganar, porque podemos dar a conocer la cocina que ejecutamos, en mi caso lo que hago en León, Guanajuato, y la puedo hacer llegar a personas de todo el país y el mundo. También nos sirve para convivir con los otros chefs que en pocas ocasiones nos podemos reunir”, afirmó José Emilio Villaseñor mientras preparaba una flauta de cecina leonesa de conejo ahumado con escabeche.

El vino tinto, espumoso y rosado de marcas como Casa Madero, San José Lavista, Cava Vilarnau y Rancho los Remedios, además de la amplia variedad de vinos guanajuatenses premiados en el Concurso Mundial de Bruselas 2024 amenizaron Garden. Las cervezas artesanales de Allende fueron el pretexto perfecto para brindar con amigos hasta las dos de la mañana. El mezcal no faltó, pues Creyente ofreció desde espadín, tobalá y cuishe, lo que le dio el toque mágico a este fin de semana.

“El evento ayuda a difundir la gastronomía y en especial la mexicana, a través de que se hable de ellos, que la gente tenga la oportunidad de hablar con el chef en primera persona y al igual con las bodegas, aquí tienes la oportunidad de hablar de primera mano con todos estos artífices de las novedades y la evolución de la gastronomía y es una parte muy importante para fomentar el gusto por la gastronomía local”, agregó Manuel Quintanero.

Grupos en vivo y DJ´s pusieron a bailar a los asistentes, en tanto los 20 chefs que participaron hicieron bailar en sus estufas a los ingredientes mientras el público podía platicar con ellos.

Al caer la noche, los fuegos artificiales sorprendieron al público. La parroquia de San Miguel Arcángel, de la ciudad patrimonio de la humanidad, fue el fondo perfecto del show de pirotecnia. Por si fuera poco, un show de drones deleitó la mirada de los asistentes con figuras referentes a la comida y bebida.

Cocina de altura


Durante tres noches, cuatro chefs de prestigio internacional y con estrellas Michelín hicieron dialogar sus cocinas para ofrecer al público una experiencia inolvidable. 

El Hotel Casa Blanca tuvo los sabores Diego Oka y Rodrigo de la Calle que prepararon un menú de entrada de erizos, kampachi y salmón; sopa fría de zanahoria; causa de cangrejo; conchas Margarita y tarta de manzana con queso.

El Hotel Casa 1810 fue el bello edificio histórico restaurado que en sus cocina tuvo a los chefs con estrellas Michelin, Lucía Freitas y Carlos Gaytán.

“Cuando me llamaron para mí fue un honor porque llevaba soñando con esto desde hace muchos años. Es una felicidad y me he enamorado de esto, quiero volver a Millesime, quiero volver a México, porque tenéis tantas cosas hermosas en el país”, declaró en entrevista la chef Lucía Freitas antes de ofrecer la cena.

El primer tiempo fue un snack de empanada líquida de atún y un mejillón en escabeche cítrico que son tradicionales de la comida gallega, pero con un giro contemporáneo pensado por la chef española. Estas entradas estuvieron acompañadas de un tequila RDLF Platino.

El segundo plato fue ideal para quienes evitan las carnes, pues el chef Gaytán presentó un betabel rojo en costra de amaranto, betabel amarillo en escabeche, mole rosa, flor de jamaica confitada, queso mascarpone y miel, que se ensambló de buena manera con un vino Casa Madero 3V.

No satisfecho con encantar a los comensales, el chef originario de Huitzuco, Guerrero, hizo una tetela que deslumbró. Una hoja santa se rellenó de puré de habas, requesón, quesillo, escamoles, puré de aguacate y cilantro criollo. El Mer Soleil Silver fue el maridaje que la sommelier Karla Mljem seleccionó para este plato.

“Cuando me llamaron, para mí fue un honor porque llevaba soñando con esto": chef Lucía Freitas. (Cortesía)

Siguió una jugosa lubina cocinada a temperatura baja, acompañada de hinojos frescos, una salsa alimonada, fermento de verdura, toques de anís y una cama de cebollitas que, según confesó la chef, fueron compradas en el mercado de San Miguel de Allende.

El madurado seco que presentó Gaytán como quinto plato tuvo pocos elementos, pero contundentes. Un espejo de fondue de queso de cabra reflejó un pedazo de ribeye madurado en seco, acompañado de papas alevín rostizadas y jitomates heirloom. El maridaje fue un tinto The Prisoner Red Blend.

“Si me dijeran mañana que me voy a morir, `¿cuál es el último plato que quisieras comer?´ Yo diría, un buen pedazo de bistec, con papas y un buen tomate, es así de simple”, comentó el chef al momento de explicar el platillo.

Para cerrar la noche, la chef considerada una de las mejores empresarias gastronómicas de España presentó La Vie’n Rose, que lo conforman helados de frutos rojos, fresas, frambuesas, lichis y ensamblado con rosas, pimienta rosa, vinagre balsámico y piruleta. El postre fue inspirado en el momento en que el hijo de la chef cumplió un año.

Los vasos comunicantes de la comida de México y Galicia se hicieron sentir en la boca de los asistentes a esta Cena de Altura. “Mi inspiración para esta cena fue traer un pedacito de Galicia, algo que hago en mi casa. Algo que la gente de aquí, que tienen una cocina tan diferente, pueda probar y de esa manera de haceros viajar y llevarlos a Galicia”, comentó Freitas.

A futuro, Millesime quiere seguir abriendo mercado y trasladar sus conceptos a destinos de playa, en el caso de Millesime GNP Weekend, mientras que su evento más corporativo de la Ciudad de México puede visitar Monterrey en próximas ediciones, así lo aseguró el director de Millesime GNP.






GCM

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