La contaminación por ruido es un proceso de desequilibrio entre el aumento en cantidad del tipo y nivel sonoro de las emisiones acústicas, y el comportamiento del sonido en la ciudad, por lo que resulta perturbador para la mayoría de las personas y está presente incluso cuando dormimos.
El académico de la Universidad Autónoma Metropolitana, Fausto Rodríguez Manzo, advirtió sobre las afectaciones fisiológicas y psicológicas ocasionadas por el ruido, al que calificó como “una amenaza para la salud”.
En su artículo “El ruido: un problema de salud invisible” publicado en la Gaceta de la Facultad de Medicina de la UNAM, el experto precisó que el estrés, la ansiedad, la Tinitus (zumbido en los oídos), la perturbación del sueño, la discapacidad cognitiva en niños y las enfermedades cardiovasculares son algunos de los efectos provocados por la contaminación acústica.
Rodríguez Manzo aseguró que para combatir los efectos adversos de la contaminación por ruido se deben generar normas que lo regulen y pensar en el diseño de ciudades urbanas como parte de los derechos de las personas, como acciones prioritarias.
“Toda persona tiene el derecho a gozar de un medio ambiente sano y equilibrado para su desarrollo; corresponde al Estado garantizar este derecho”, manifestó el también miembro de la Red Ecología Acústica-México (REA-MX).
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre un rango de 90 y 110 decibeles tendría efectos sobre el aparato auditivo, provocando disminución temporal de la capacidad auditiva y la hipoacusia profesional o disminución permanente de la capacidad auditiva.
A pesar de que el ruido se considera un contaminante invisible y generador de diversos problemas de salud, tanto física como mental, el gran problema es que no se ha logrado posicionarlo como un tema prioritario del actuar gubernamental y tampoco se ha generado conciencia para disminuirlo.
REPL