Una dieta no balanceada está vinculada a diferentes enfermedades no transmisibles, como la diabetes y enfermedades cardiovasculares. Las muertes causadas por esa relación (11 millones, en 2017) son más que aquellas que se ligan con fumar tabaco (7 millones al año, según la Organización Mundial de la Salud).
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El alto consumo de sodio, el bajo consumo de granos integrales y de frutas son los principales factores de riesgo responsables del 50 por ciento de las 11 millones de muertes en 2017, resultado de una alimentación no balanceada, según un estudio publicado en The Lancet en abril pasado.
Consumir más de la cantidad de sodio recomendada fue responsable de 3 millones de muertes. Por otro lado, no comer suficientes granos enteros fue responsable de otras 3 millones, y 2 millones fueron resultado de comer poca fruta.
En total el estudio consideró a 15 factores de riesgo. Después de los ya presentados, los responsables del mayor número de muertes, por orden, son: la baja ingesta de nueces y semillas, la baja ingesta de verduras, la baja ingesta de mariscos y omega-3, la baja ingesta de fibra, la baja ingesta de ácidos grasos poliinsaturados, la baja ingesta de legumbres, la alta ingesta de grasa trans, la baja ingesta de calcio, la alta ingesta de bebidas azucaradas, la alta ingesta de carne procesada, la baja ingesta de leche y la alta ingesta de carnes rojas.
Consejos para tener una dieta saludable
La Organización Mundial de la Salud considera que una mala alimentación, junto con la falta de ejercicio, es de los principales riesgos para la salud. Comer bien te ayuda a protegerte de la malnutrición y a prevenir enfermedades no transmisibles como la diabetes, las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares y el cáncer.
Aquí te dejamos unas recomendaciones de la misma autoridad:
1. Come al menos 400 g (o 5 porciones) de frutas y verduras al día.
2. Reduce el consumo total de grasas a menos de 30% de tu ingesta calórica.
3. Consume menos de 5 gramos de sal diarios.
4. Reduce tu consumo de azúcares a menos de 10% de tu ingesta calórica. Una forma de hacerlo es limitar el consumo de alimentos como los aperitivos, las bebidas azucaradas (que incluyen jugos) y dulces.
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