Desde el año 2010, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Mundial para la Salud Sexual (WAS, por sus siglas en inglés), designaron el 4 de septiembre como el Día Mundial de la Salud Sexual.
Este año, el lema fue “Educación sexual para todos: un puente hacia la salud sexual”, con el fin de promover el acceso a la salud sexual efectiva desde un enfoque positivo; con el precepto de que los hombres y las mujeres puedan vivir su sexualidad en un entorno saludable y respetuoso, libres de coerción, discriminación y violencia.
La sexualidad es un elemento natural y primordial en la vida del ser humano, ésta no sólo se limita al coito o la capacidad reproductiva, sino que forma parte de la personalidad de un individuo y nos ayuda entender quiénes somos, cómo nos mostramos ante otros y cómo somos percibidos por la sociedad.
La salud sexual no sólo está limitada a la ausencia de enfermedades, sino que para que ésta sea efectiva es necesario que las personas cuenten con acceso a información veraz para evitar embarazos no deseados y ser conscientes de la responsabilidad de respetar, proteger y ejercer los derechos sexuales propios y de todas las demás personas.
Si la salud sexual es más que la ausencia de enfermedad, ¿qué hay de aquellas personas que ya tienen una enfermedad? ¿A qué se enfrentan y cómo viven su sexualidad?
“En el caso de las personas que viven con una Enfermedad Crónica No Transmisible (ECNT) como la diabetes, pueden existir alteraciones vasculares o nerviosas que afecten de manera directa la respuesta sexual normal. En los hombres este tipo de padecimientos incluyen alteraciones de la erección, la eyaculación, el orgasmo, la sensibilidad e incluso la libido”, aseguró Irma Ceja Martínez, Gerente de Endocrinología y Nutrición de Grupo PiSA y médico especialista en medicina interna.
Para algunos, el tema puede resultar un tabú. Sin embargo, no abordarlo de manera temprana y oportuna puede tener implicaciones negativas en la autoestima de las personas que incluso pueden permear su círculo social.
Cuando se desconocen o ignoran las necesidades en materia de sexualidad y reproducción, se priva a las personas del derecho básico a elegir opciones determinantes sobre su propio cuerpo y su futuro, lo que puede producir afectaciones no sólo para el individuo, sino también para su núcleo familiar y la sociedad.
En el mundo, diariamente más de 1 millón de personas contrae alguna Enfermedad de Transmisión Sexual (ETS). En México, el 30% de las personas entre 18 y 30 años ha padecido o tiene alguna ETS.
De acuerdo con datos del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), 55% de los hombres con diabetes sufre de disfunción eréctil. Otras causas principales para la disfunción eréctil incluyen la presión arterial alta, la enfermedad renal, el tabaquismo, el consumo excesivo del alcohol y las enfermedades de los vasos sanguíneos y el corazón.
“La disfunción eréctil no está considerada como una enfermedad, es más bien un síntoma de otra patología que puede afectar los nervios y los vasos sanguíneos, y en ocasiones es el resultado de una diabetes mal controlada. Cuando la disfunción eréctil se presenta a temprana edad, antes de los 45 años, puede significar una señal temprana de enfermedad cardiaca que debe ser atendida de inmediato”, puntualizó la doctora.
REPL