Históricamente, la industria turística global ha tenido una visión pragmática de la mayoría de los desarrollos hoteleros e inmobiliarios que se han emprendido por los principales destinos en todo el mundo. Compra de terrenos a muy bajo costo, depredación de la naturaleza, bloqueo de playas para las comunidades (con el pretexto de privilegiar la exclusividad), empleos mal pagados y sobreexplotados de los habitantes de las comunidades circundantes y acaparamiento de recursos naturales como el agua potable que tanto escasea en las poblaciones más marginadas.
Esto trajo como resultado, una brecha impresionante de desigualdad, entre las zonas turísticas, llenas de lujo, infraestructura de primer nivel, seguridad pública, ornamentación, campos de golf, y las comunidades originales que padecen carencias brutales en sus colonias, como calles de tierra, falta de agua potable, casi nulo alumbrado público y por ende altos índices de inseguridad y violencia. Casos como Cancún, Los Cabos, Acapulco, Punta de Mita, entre algunos otros, son ejemplo de cómo esa visión del turismo tendría que cambiar radicalmente.
- Te recomendamos Costa Alegre: la nueva promesa del turismo en el Pacífico mexicano Content
Sin embargo, sí es posible una nueva era en esta industria de origen noble y progresista, que permita el intercambio cultural y garantice mejores condiciones de vida para la gente. El turista de hoy en día busca las experiencias locales, la comida orgánica, el contacto con los habitantes del destino que visitan y paisajes naturales, nuevas tendencias de consumo que deberían ser la base para trazar el rumbo de los proyectos venideros.
Y precisamente, un caso de éxito global respecto a esta perspectiva, es el de la empresa mexicana que ha logrado emprender un desarrollo con una nueva visión, ajena a los problemas mencionados. Se trata de RLD, y su objetivo es lograr comunidades integrales en donde visitantes y locales convivan en espacios públicos renovados, promoviendo que la población residente se vuelva emprendedora y obtenga beneficios a partir del desarrollo económico del turismo.
Además de ofrecer una infraestructura de primer nivel, RLD desarrolla respetando la flora y fauna del lugar al grado de volver a estos elementos parte del atractivo principal, colaborando con las autoridades de los distintos órdenes y trascendiendo los periodos gubernamentales.
También, la firma ha sido facilitadora de la gestión y colaboradora en obras públicas con el objetivo de resolver el rezago en las poblaciones, algo que en su visión debe ser consecuente a ofrecer un destino muy competente. Los visionarios de esta ruta, han sido Jerónimo Bremen, Ricardo Santa Cruz y Juan Cristobal Bremer, miembros fundadores del equipo RLD.
Y el proyecto estandarte bajo dichos estatutos que está en marcha se llama Xala. Se encuentra ubicado en la Costa Alegre de Jalisco, donde las condiciones son precisamente las necesarias para abordar la ventana de oportunidad antes mencionada.
Hasta ahora, el desarrollo ha obtenido el premio de la Organización No Gubernamental española ReForest, por representar el proyecto internacional más ejemplar en materia ambiental. Asimismo, Xala se ha ganado la confianza de entes financieros y gubernamentales, como lo son nada menos que TPG Axon, el Fondo Nacional de Infraestructura (FONADIN) y el Instituto de Pensiones del Estado de Jalisco (IPEJAL).
Demostrando con esto la posibilidad de obtener rentabilidad y solidez, al mismo tiempo que no se excluyen la dimensión social, ni el cuidado ambiental; ejes que representan el espíritu de la nueva forma de crear destinos turísticos exitosos, basados en la Agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas en sus recomendaciones para esta industria.
- Te recomendamos Desarrollo turístico en Chalacatepec: beneficios para la población aún antes de iniciar Content
RRR