La cocina hidalguense es una de las más importante extensas y ricas del país, gracias a su variedad de sabores e ingredientes los visitantes y turistas en la entidad conocen a Hidalgo por sus platos típicos de tradición milenaria.
Si estás de visita en el estado y buscas probar uno de los cientos platillos típicos y aún no decides cuáles probar, te presentamos un listado con 10 recomendaciones de las comidas y antojitos más emblemáticos, incluyendo algunas bebidas que tienes que probar.
Barbacoa de borrego
La comida de tradición y que merece ser probada, el plato más popular de Hidalgo es la barbacoa de borrego, prueba de ello es que mantiene la corona como “Mejor platillo local de México”, este año ganó el reconocimiento.
La barbacoa es el platillo emblemático del estado de Hidalgo, es un platillo tradicional elaborado con un método de cocción prehispánico que consiste en cocinar la carne de borrego a altas temperaturas en un hoyo hecho en la tierra y cubierto con pencas de maguey, lo que permite que se cocine en su propio jugo.
Uno de los municipios donde se recomienda ir a comer barbacoa pues la venden a diario es Actopan, de origen otomí derivado de “Atoctli” cuyo significado es “tierra gruesa, húmeda y fértil”; y “Pan”, que es “en o sobre”, conforman el nombre de la localidad: “sobre la tierra gruesa, húmeda y fértil.”
Actopan se distingue por su deliciosa barbacoa, un platillo tan típico que vale mucho la pena ir de visita solo para probar unos buenos tacos, acompañados con un consomé bien calientito, y que promete a sus invitados el mejor de los sabores.
Ximbó
El Ximbó es un manjar, es un platillo tradicional hidalguense que nació en el municipio de Actopan de donde es la barbacoa, y fue con este mismo método de cocción, es decir, en el horno de tierra y cubierto con pencas de maguey, que nace este platillo hecho con pollo, cueritos y nopales, aunque después, se innovó agregando carnero, chamorro y costilla.
Se dice que al haber mucha competencia de comerciantes que vendían barbacoa en aquel municipio, una familia creó este platillo mismo del que empezaron a dar pruebas en los mercados, y al paso del tiempo, se hizo popular y ahora es parte de la identidad gastronómica de Actopan e Hidalgo.
La preparación de este platillo conlleva hasta un día, ya que se inicia con el adobo con el que se embarra el pollo o la carne a elección, se deja reposar. Mientras se eligen las pencas de maguey en las que se envolverá, después se colocan los nopales, los cueritos, y la carne adobada, así como tomate, cebolla, chile guajillo y algunos condimentos como tomillo, mejorana, orégano y hierbas de olor; se amarra con un mecate y se coloca en el horno de tierra durante ocho a 10 horas.
Pastes
Los Pastes es uno de los antojitos más famosos de Hidalgo, son una especie de empanada rellena de papa y poro que se hornea y se ha ido modificando el relleno hasta crear deliciosas combinaciones, en el Estado de Hidalgo es un platillo muy tradicional y que no puedes dejar de probar cuando nos visites.
Su origen es Ingles, se cuenta que desde 1823 llego al Real del Monte y se extendió en toda la región; actualmente hay un museo dedicado al Paste de nombre "Museo del Paste"en Real del Monte , con un concepto muy interesante ya que además de darles información histórica y datos relevantes de este platillo, puedes experimentar y hacer tu propio paste con tus manos y comerlo.
Los rellenos tradicionales son de frijoles y los de papa con carne pero en la actualidad hay de sabores diversos como mole rojo, mole verde, rajas, champiñón, salchicha, atún, choriqueso, piña, queso con zarzamora, budín, al pastor, de chile en nogada, de manzana y muchas combinaciones más.
Pulque
El pulque es una de las bebidas más emblemáticas y populares de México. Su consumo se remonta a ceremonias importantes de las civilizaciones prehispánicas, y aunque se trata de una bebida que permanece hasta nuestros días, también se le ha catalogado como símbolo de pobreza y sinónimo de poco refinamiento.
El pulque es una bebida alcohólica de origen prehispánico que se obtiene de las pencas del maguey y se elabora a partir de la fermentación del mucílago (sustancia orgánica de textura viscosa, propia de algunos vegetales), popularmente conocido como “aguamiel”.
El proceso de fermentación se lleva a cabo en “tinacales” (lugar donde se instalan los tinacos del pulque); donde se vierte el aguamiel y se mezcla con la semilla o pie de pulque y a partir de este momento comienza la fermentación y transformación del aguamiel en pulque, este proceso tarda aproximadamente 24 horas.
Tamales de Xala o Shala
Xala quiere decir "arena", pero también es el nombre de un mole cuya textura se debe al uso de la pepita de calabaza y que se acostumbra en la sierra de Hidalgo, el mole de Xala tiene un aroma especial por el tequelite, una yerba silvestre que lo hace único.
La preparación del relleno de estos tamales hidalguenses es hecha a base de carne puerco o pollo, previamente lavada, cocida y guisada en la salsa de pepitas, ajo, cebolla y cilantro, además de frijoles tiernos típicos de la región. Pueden ir en hoja de maíz (esta es la forma original) o de plátano y tardan aproximadamente 2 horas y 30 minutos en cocerse por completo.
Chinicuiles
Son una larva de la polilla que surge en la base del maguey. La temporada de chinicules se da entre agosto y septiembre; su costo es alto, pues tan sólo un litro vale mil 500 pesos, mientras que el kilo cuesta dos mil 500 pesos.
Con estos gusanos se pueden hacer salsas molcajeteadas, comerse en tacos o en gorditas rellenas de chinicuiles; aunque su sabor y olor son fuertes son unos de los predilectos de la entidad.
Escamoles
Su nombre proviene del náhuatl: Azcatl, que significa hormiga, y mol, que significa guiso. También nombrados y conocidos como el caviar mexicano, se trata de los huevecillos de las hormigas, los cuales son extraídos directamente desde los nidos, en la tierra; no son difíciles de conseguir pero su precio sí es elevado, en los mercados los venden por “sardina”, es decir lo que quepa en una lata de este producto.
Su preparación es muy sencilla, generalmente consta de solo freírlos con mantequilla y epazote, y comerlos así en tacos; en algunas regiones se preparan en mixiotes, en mole, con huevo, etc, aunque la más conocida es la primera forma.
Carnavalito
Carnaval o carnavalito es el nombre con el que se le conoce a esta singular bebida típica del municipio Huichapan, uno de los Pueblos Mágicos en Hidalgo.
Popular entre sus calles desde 2012, esta bebida tiene la peculiaridad de un sabor dulce y tenue, que quien la ha probado, le gusta, bebe, se pica y termina por causar estragos, ya que contiene 5.5 por ciento de alcohol. De ahí también que algunos la llaman “la bebida traicionera”.
Carnaval se prepara con jugo de naranja natural, tequila blanco y un jarabe de piloncillo con canela, pero no es una bebida coctelera que se prepare al momento, es una bebida artesanal que tiene sus secretos y necesita mínimo 28 días de fermentación para poder estar bebible.
Plato Huasteco
Como su nombre lo indica es originario de la huasteca hidalguense pero es común encontrarlo en la capital del estado. Es uno de los platillos más sabrosos y abundantes de la comida hidalguense, preparado con carne, nopales, enchiladas y cecina.
Las tortillas se sofríen en aceite, se bañan de salsa de chile ancho, sazonada con ajo y cebolla, y se emplatan con la carne, nopales, chorizo botanero, cebolla cambray, aguacate, queso y, si el cliente lo desea, también se colocan frijoles y una pieza de pollo.
Guajolotes
Cuando se habla de “guajolote”, para aquellas personas que no conocen la gastronomía hidalguense, se piensa en un pavo, en estas aves que suelen consumirse en Navidad en México y en el Día de Acción de Gracias en Estados Unidos, pero Hidalgo tiene un antojito “llenador” con ese nombre.
El guajolote es un alimento que le ha dado reconocimiento a Tulancingo, un municipio que ahora cuenta con la denominación de Pueblo con Sabor gracias a este singular y único alimento que nació hace casi 80 años gracias a la creatividad culinaria de una mujer, Rosa Alvarado Valladares.
Se cuenta que a su puesto llegaron unos ingenieros estadounidenses que querían cenar, ya pasada la hora de que Rosa contaba con los ingredientes para hacer sus tortas y enchiladas; era Día de Acción de Gracias y pues al no poder festejar esta celebración los hambrientos ingenieros le pidieron a Rosita que les diera de cenar “un pavo”, así que, con una ingeniosa elaboración, les hizo una torta con los pocos ingredientes que aún tenía, así que abrió un bolillo, le puso frijoles, unas enchiladas, huevo cocido y se los sirvió, no sin antes mencionar en broma: “tengan su pavo”, a lo que los comensales respondieron: “esto no es un pavo, es un guajolote porque está sencillo”, y así fue bautizado este alimento que, como los ingenieros, ahora disfrutan muchas personas que visitan este municipio lleno de historia.