En una sala cerca del centro de Santiago, 25 fotografías de vulvas de distintas mujeres, que fueron pintadas y decoradas por ellas mismas, forman un gran triángulo con el que la autora de esta exposición quiere romper tabúes sobre esta parte del cuerpo femenino tan "escondida e invisibilizada".
La artista Melisa Vargas (Colombia, 1987) decidió hace dos años empezar con el proyecto Vulva, la flor de mi vida que la ha llevado a fotografiar los genitales de 25 mujeres, con edades comprendidas entre los 24 y 48 años.
- Te recomendamos Tunick recuerda cómo Felipe Calderón intentó censurarlo Cultura
"La primera vez que intenté iniciar esta exposición, solo encontré a cinco mujeres dispuestas a retratarse. Hace pocos meses decidí volver a probarlo y la respuesta fue muy amplia", explicó la creadora de esta obra, que podrá verse gratuitamente en la Casa Revueltas hasta el próximo 22 de enero.
Vargas, quien estudió cine y fotografía, contactó a las voluntarias a través de sus redes sociales y las invitó a llevar a la sesión fotográfica un objeto con el que identificaran a sus genitales, entre los que se pueden ver flores, libros y velas.
Tras conversar con cada una y retratar su vulva de distintas formas, la fotógrafa imprimió las imágenes en una tela en blanco y negro y las devolvió a las participantes para que ellas mismas las intervinieran y decidieran cómo presentarlas.
En la exposición se pueden observar las imágenes coloreadas con pinturas, bordadas con hilos o con telas pegadas.
Todas las fotografías están colocadas en forma triangular para simular, a su vez, una gran vulva.
Diversidad sin sufrimiento
El proyecto nació de la voluntad de la artista de descubrir esta parte que sentía tan "escondida" por todo lo que había escuchado acerca del cuerpo de la mujer "en la escuela, la familia, la iglesia y la calle".
"Vi que durante toda mi vida me habían inculcado que la vulva era fea, que si tienes un labio más grande que el otro te puedes operar. También siento que nos inculcaron que no la podemos mostrar o tocar. Una acaba pensando que abajo tiene una desgracia".
La autora también quiere desligar el dolor de esta parte del cuerpo relacionada con la menstruación y el parto.
"Creo que con este tipo de acciones las mujeres estamos recuperando nuestro lugar al relacionarnos [con los genitales] de una forma distinta y sin sufrimiento ", agregó Vargas.
Con este proyecto, la artista también constató que la vulva no sólo está "invisibilizada desde el propio cuerpo femenino" sino que tampoco "se nombra socialmente" o se denomina "erróneamente vagina".
"La vulva nunca se muestra en lugares fuera de la intimidad y, en los casos en los que se hace, es desde un lugar muy rudo, como el porno", agregó.
Según explicó esta fotógrafa colombiana, la exposición también le sirvió para mostrar que todos los genitales femeninos tienen formas distintas y que cada mujer tiene una relación diferente con ellos.
ASS