Para quienes durante los últimos años han sostenido que la palabra “puto” no tiene un sentido homofóbico, llega la reflexión histórica de la doctora Concepción Company Company, integrante de la Academia Mexicana de la Lengua (AML), para que se trata de un asunto “culturalmente central para México”.
“¿Dónde está el núcleo de los insultos? Está en la homosexualidad, lo que está documentado desde muy antiguo: ‘puto’ es el gran insulto y eso va de la mano sobre qué palabras son tabú en México, por qué “culo” es el gran tabú en México: porque desde hace 500 años está vinculado a la homosexualidad.”
Se trata de un asunto, explica la integrante de El Colegio Nacional, en el que el macho degrada al hombre con esas palabras y con frases como “gustar la coca cola hervida” o “el arroz con popote”. Un imaginario documentado por todas partes y desde hace 500 años, y eso tiene que ver con machismo.
“Algunos insultos han permanecido de siempre, porque algo que era un terrible insulto antes, incluso, llevaban al tribunal de la Santa Inquisición a alguien porque le dijeron perro, que era un gran insulto, pasó del desprecio al aprecio, y si ahora digo ‘algo está perrísimo’ o ‘un abogado es muy perro para tal asunto’, eso es un piropo más que un insulto”.
Al dictar la conferencia “Las descortesías de ayer, hoy y siempre”, que forma parte del ciclo La gramática en la construcción histórica de México, organizado por El Colegio Nacional, la lingüista recordó que las primeras documentaciones de la palabra están asociadas a la homosexualidad y se reparaban pagando dinero o en especie.
“Absolutamente es un insulto homofóbico: están diciendo mariquita, vieja… además, el que insulta quiere hacerlo. No existe en la lengua nada de ‘¡ay, se me escapó!, ¡No quise decir esto!’ y al día siguiente me disculpo. Los insultos pertenecen a un tipo de actos de habla perlocutivos: que quieren provocar reacción y enojo en el otro”.
Concepción Company ubica en el mismo espacio a una palabra como “culo”, usada en España, pero un tabú en México, una las razones centrales de por qué los mexicanos no somos una cultura escatológica: desde hace 500 años, esa palabra está en el mundo de lo prohibido culturalmente y socialmente.
“Hay datos de fines del XVIII, cuando una mujer viuda anda pidiendo una pensión y a quien se la tiene que gestionar debe mostrarle que es la viuda con una carta. Entonces, la autoridad le dijo “con esa carta me limpio el culo”; a consecuencia de ello, la mujer lloró toda la noche, se enfermó y no por la pensión, sino porque a una dama cómo la van a mandar a tomar por culo”.
El ciclo de conferencias La gramática en la construcción histórica de México, de Concepción Company, en El Colegio Nacional concluirá el próximo miércoles.
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