El paisaje que da la naturaleza, sus formas, pigmentos y colores infinitos, es la principal atracción del pintor lagunero Rafael G. Aguirre, mismo que mueve sus pinceles y brochas sin la necesidad de que llegue la llamada inspiración o recurrir de musas, lo hace de una manera casi natural por amor al arte, “así durante 40 años, más uno”.
“La esencia de mis obras es el cariño que tengo por la naturaleza, el reencuentro con nuestro origen, dónde empezamos y qué es lo que nos mantiene con vida. Cuando veo algo en la naturaleza que me llama la atención, lo pinto. Mezquites, huizaches, las piedras y sus terrenos áridos, principalmente paisajes laguneros”.
Su porte de barba cerrada, bigotes relamidos, gafas oscuras tipo Rayban, camisa a cuadros y pantalón de mezclilla con un par de pequeñas manchas naranjas como gaje del oficio, hacen juego con su credencial de pintor, que dice, obtuvo a base de ‘ponerle al marro’, de trabajar, de dedicarse de lleno a la pintura, una credencial que ha servido de llave para que sus obras crucen fronteras y océanos.
Su acervo de obras rebasa las 4 mil piezas, fruto de trabajar hasta ocho horas pintando, haciendo lo que más disfruta hacer desde hace más de cuatro décadas.
“Veo al arte y a la pintura como una forma de vivir, como un oficio. Pinto todos los días sin esperar a que se venda una obra y volver a pintar otra. Yo pinto a diario y eso me genera un acervo de obra muy grande para mostrar a donde vaya”.
Para este pintor lagunero la inspiración y platicar con musas no es algo que llegue en momentos determinados y que a partir de ahí, sus obras tengan sentido, en tanto, comparte que es posible que las llamadas musas llenas de inspiración lleguen en el proceso de la obra, sin una dependencia de ellas para trabajar.
“Las musas están listas para cuando las quieras tomar. A la inspiración y las musas se les invita a entrar, no se espera a que vengan. Incluso a veces llego a ver a la llamada ‘inspiración’ como el pretexto perfecto para disculparse y no trabajar”.
Al pintar, Aguirre mancha el lienzo y provoca percepciones que cambian según avanza el proceso de su pintura, misma que al final no requiere explicación alguna, buscando siempre la adecuada impresión de color para que la luz devele su pigmento a expresar.
La amistad que resulta entre el pintor y comprador, es lo que Rafael obtiene como fin recaudatorio durante su paso por más de 20 países de ofrecer sus pinturas y de exponerlas en más de 50 museos.
“Quien compra una obra mía, no queda como cliente sino como amigo. Mi mayor ganancia en esta vida como pintor es la innumerable cantidad de amistades que he formado en todo el mundo, haciendo lo que más disfruto”.
Respecto a sus gustos, su mejor pintor se llama Rafael Aguirre desde que inició a dibujar puertas de iglesias, además dice estar en un dilema entre sus colores preferidos, el verde y el rojo.
Mientras que se identifica con el color verde al considerarse como un hombre tranquilo, choca en ocasiones con el rojo al declararse como pasional e intenso. “Está el dilema entre el verde y el rojo, solo me falta el blanco para la bandera patria”, comentó seguido de risas inevitables.
EXPOSICIÓN DE 25 DE SUS OBRAS EN TORREÓN
Para quienes gusten conocer más del trabajo del pintor Aguirre, a partir del próximo miércoles 13 de noviembre y hasta el 14 de diciembre, estará la exposición de 25 de sus pinturas al interior del Hotel Holiday Inn de Torreón.
La cita de la apertura de la exposición nombrada “Con el color de las manos”, será en punto de las 20:00 horas con la presencia de personalidades invitados y abierta al público en general, donde habrá un brindis de honor y una explicación de la exposición de las pinturas a voz de su autor.