Abel Zavala, una propuesta de arte “orgánico y funcional”

La obra del pintor y escultor veracruzano, conectada con el mundo vegetal, difumina las barreras con el diseño; luego de mostrarse en la Feria PAD París, su trabajo estuvo exhibido en la edición inglesa de este encuentro.

El artista | Foto: Especial
Laura Cortés
Ciudad de México /

Para el pintor y escultor Abel Zavala (Xalapa, 1986) no hay diferencia entre el arte que se plasma sobre un lienzo y aquel que se pinta sobre una vasija. Los soportes, dice, no determinan el valor de una obra. Mejor aún, algunos soportes permiten llevar el arte a la cotidianidad de la gente.

¿Por qué debería valer más un dibujo pintado en un óleo que sobre un objeto de porcelana, en donde incluso el dibujo implica mayor complejidad técnica?”, pregunta el artista veracruzano que ha logrado posicionarse en la escena internacional gracias a obras que, como él mismo describe, están “a medio camino” entre piezas escultóricas y objetos artísticos funcionales.

Zavala ha transitado por la pintura, la instalación y, en los últimos años, la cerámica y la escultura. Precisamente, ha sido su obra escultórica la que le ha dado mayor proyección. Este año participó en la Feria de Arte y Diseño Contemporáneo PAD Paris, y acaba de presentar sus creaciones en la edición inglesa de este encuentro, PAD London, donde muestra Epífitas grafito, una serie de piezas que evocan esas plantas comunes en el bosque de niebla de Xalapa, entorno del que el artista toma su inspiración.

“Las epífitas son plantas que, sin ser parásitos, crecen sobre otras plantas con las que conviven de manera armónica”, explica. Orquídeas, bromelias, cactáceas y musgos son ejemplos de epífitas.
“No intento copiar el paisaje, observo y hago una interpretación del comportamiento de ciertas plantas, después llevó esto a la escultura o a la cerámica. Mis piezas tienen formas sencillas, son abstractas y orgánicas”.

Algunas de sus obras, moldeadas en porcelana, son lisas y blancas, “dan la idea de algo que acaba de nacer, como un brote tierno”; otras, en cambio, son objetos con apariencia de un capullo abandonado o de un fósil por el que hubieran pasado cientos de años.

Foto: Especial

Su particular manera de interpretar el mundo vegetal ha llamado la atención de coleccionistas y galeristas. Antes de llegar a las ferias PAD europeas, Zavala presentó una exposición conformada por tres de sus series: Epífitas, Esporas y Larvas, en Ammann Gallery, la prestigiosa firma que desde 2015 lo representa y promueve su trabajo internacionalmente.

Contar con el respaldo de la galería con sede en Colonia, Alemania, no es un asunto menor en el mundo del diseño. Esta compañía representa a artistas tan prestigiados como la arquitecta Zaha Hadid (1950-2016).

Es un orgullo ser representado por Ammann, que cuenta con figuras históricas del diseño como Ron Arad o Satyendra Pakhalé. En cierta ocasión, la galería exhibió al mismo tiempo mis obras y unas piezas maravillosas de diseño de Zaha Hadid”, comentó.

Representado en México por la galería Ángulo Cero, el escultor ha exhibido su trabajo en Canadá, Estados Unidos y Japón, entre otros lugares. Algunas de sus obras forman parte del acervo de museos como el Franz Mayer en Ciudad de México, pero también han sido adquiridas por coleccionistas privados, aunque, confiesa, desconoce el destino final de sus esculturas. Al respecto, comenta que hace unos meses, un conjunto de piezas de su serie Esporas apareció en un video del cantante colombiano Maluma.

“No sé cómo llegaron ahí. No sé si él las compró o son parte del lugar donde se grabó el video, pero fue una sorpresa muy agradable ver mi obra”, dice.

Arte sin adjetivos

En sus inicios, Zavala se enfocó en la pintura realista: “Pensaba que iba a ser pintor toda mi vida, pero me interesaba generar otras experiencias sensoriales en el espectador y me fui decantando por lo tridimensional”.

En 2010, presentó una instalación compuesta por 64 piezas escultóricas, algunas de gran formato que alcanzaban los seis metros y otras pequeñas que cabían en la mano. Para estas obras, Zavala utilizó principalmente pelo de perros, “un territorio poco explorado, pero con muchas posibilidades”. Crear las obras le tomó varios años: recopilar el pelo, lavarlo, deshilarlo y crear bordados sobre estructuras textiles.

Su instalación itineró por diferentes sedes de Veracruz y de Ciudad de México, provocando reacciones diversas. Recibió los elogios de algunas autoridades culturales, así como duras críticas que descalificaron su trabajo.

Foto: Especial

Para su autor, esta obra no fue una mera ocurrencia ni un acto de improvisación, su propósito era provocar una experiencia visual y táctil diferente. Zavala asegura que la instalación invariablemente causa un impacto: “Algunos se impresionaban ante enormes masas de pelo y otros se imaginaban que había matado a los perros para quitarles el pelo”, recuerda divertido.

Zavala es un prolífico ceramista. Y al contrario de quienes consideran a la cerámica un arte menor, el artista opina que es con esta que hace su obra escultórica más personal. “Quiero desvanecer esas ideas antiguas que dividían las artes en menores y mayores. La cerámica es un medio de expresión artística en el que he encontrado la manera de acercar el arte a la gente”.

“Siempre se habla de democratizar el arte, de hacerlo accesible. Para mí, la cerámica tiene toda una carga artística, un concepto estético y una maestría en la técnica. Al mismo tiempo son objetos que puedes usar. Me gusta difuminar las barreras entre el arte y el diseño utilitario, mis obras tienen un valor escultórico”, terminó.

hc

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