En una tarde invernal que quedará grabada en la memoria de millones de fanáticos en el mundo, la legendaria banda británica The Beatles se despidió de los escenarios en un emotivo concierto que tuvo lugar en la azotea de los estudios de Apple Corps en Londres.
Era 30 de enero de 1969, el concierto fue anunciado sorpresivamente en medio de tensiones y conflictos internos que habían atormentado a la banda unos meses antes. Las diferencias creativas y personales entre ellos generaron un clima de incertidumbre sobre el futuro de The Beatles. Con la grabación del álbum Let It Be en curso, decidieron hacer algo especial para darle un cierre a esta etapa.
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Fue Paul McCartney quien propuso la idea de realizar un concierto en la azotea de los estudios de Apple Corps, buscando un ambiente íntimo y auténtico, alejado de los fastos habituales. La propuesta fue aceptada por los demás miembros, y así, en una fría tarde de inicios de 1969, The Beatles se prepararon para su última actuación en vivo.
Energía desbordante
La azotea de Apple Corps se transformó en un escenario improvisado con amplificadores, instrumentos y micrófonos. Con la presencia de un selecto grupo de invitados y un público atónito que se congregó en las calles aledañas, la banda subió al escenario alrededor del mediodía.
Bajo el cielo gris y entre edificios icónicos de la época, John Lennon, Paul MacCarney, George Harrison y Ringo Starr ofrecieron una actuación que trascendió las fronteras de la música convencional. Con un espacio reducido y un equipo limitado, la banda electrificó el ambiente con sus clásicos“Get Back”, “Don’t let me down” y “I’ve got a feeling”.
La energía desbordante de la banda, a pesar de sus tensiones internas, se transmitió a la audiencia y a aquellos que observaban desde abajo.
Sin embargo, el concierto fue interrumpido abruptamente por la policía local, que respondió a las quejas por el ruido. Aunque la actuación duró solo unos 42 minutos, se convirtió en un momento histórico y conmovedor. El último acorde resonó en la azotea de Londres, marcando el final de una era.
Este último concierto de The Beatles será recordado como un punto de inflexión en la historia de la música. Aunque la banda no anunció oficialmente su separación en ese momento, el concierto en la azotea simboliza el cierre de un capítulo en la carrera de una de las bandas más influyentes de todos los tiempos. El legado de The Beatles perdura a través de su impacto duradero en la cultura musical global.
PCL