Arqueólogos de Armenia y Alemania hallaron restos de un acueducto romano en la antigua ciudad armenia de Artashat construido presumiblemente entre los años 114 y 117 de nuestra era, obra única de su tipo en este país.
"Es un descubrimiento extraordinario, porque los acueductos en Oriente Medio son un fenómeno bastante poco frecuente y para la Armenia antigua se trata de un hallazgo absolutamente único", afirmó por el doctor Mkrtich Zardarián, experto del Instituto de Arqueología y Etnografía de la Academia de Ciencias de Armenia.
Según el investigador, que dirige el grupo de arqueólogos que trabaja en Artashat — ciudad descrita por fuentes antiguas griegas como Artaxata—, el descubrimiento es parte de un proyecto de larga data en cooperación con un equipo de la Universidad de Münster encabezado por Achim Lichtemberger.
"Como resultado de estas investigaciones descubrimos junto a un nuevo barrio de la ciudad los restos de un acueducto, cerca de donde se encuentra el monasterio de Jor-Virap", añadió.
Zardarián aseguró que se trata evidentemente de una construcción romana, ya que esta ciudad —entonces capital de Armenia — estuvo bajo dominio de Roma. Debido a que la presencia romana en Artashat fue breve, todo parece indicar que el acueducto no pasó de los cimientos.
El acueducto, indica el arqueólogo, rodea la ciudad por el nordeste y luego va hacia el centro de la urbe.
"En la actualidad estudiamos no solo el acueducto sino también las fuentes de agua que podrían haberlo alimentado", comentó.
Por su parte, el académico armenio Pável Avetisián explicó —citado por la agencia ArmInfo — que se trataba de un total de veinte cimientos ubicados a lo largo de un kilómetro.
Supone que el acueducto podría haberse abastecido de las aguas del río Garni.
Además del acueducto, los estudios geomagnéticos permitieron detectar los cimientos de varios palacetes, pero estos se encuentran en terrenos privados, por lo que en la actualidad se busca una autorización de los propietarios para iniciar las excavaciones.
Artashat, ubicada a 20 kilómetros al sur de Ereván, actual capital armenia, llegó a ocupar en su momento de esplendor 700 hectáreas, lo cual permite considerarla una de las pocas megalópolis de la historia antigua.
Los romanos la consideraban la Cártago armenia, y no dudaron en destruirla cuando la tomaron las huestes de Trajano. Sin embargo, la ciudad todavía existió durante varios siglos y fue simplemente abandonada por sus habitantes en el siglo V de nuestra era.
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