En 2010, al preguntarle si tuviera tres deseos cuáles serían, Chick Corea respondió; “Quiero que el planeta tierra continúe existiendo y no explote. Mi segundo deseo que cualquier cosa que tienda a arruinar el planeta de una forma se componga para que podamos crear más arte. Y el tercer deseo es ser capaz de continuar creando arte y música para todo mundo en el planeta mientras pueda”.
Luego de seguir entregado a la creación con diversos proyectos, 11 años más tarde el jazzista de personalidad camaleónica falleció el martes pasado a los 79 años como consecuencia de un cáncer que le descubrieron recientemente, se informó en su página de Facebook.
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Perdemos así a uno de los grandes del jazz en un momento en que el planeta vive una terrible crisis sanitaria y necesitamos más del arte como una forma de sanación.
Maestro del piano acústico y pionero del Fender Rhodes y los sintetizadores en el jazz, a lo largo de su extensa trayectoria lo mismo abordó el género latino que la fusión, pasando por la música de concierto, el flamenco, el free jazz y la música para niños.
Se formó en las bandas de Mongo Santamaría, Willie Bobo, Blue Mitchell, Herbie Mann y Stan Getz y comenzó a destacar como solista con los discos Tones for Joan’s Bones y Now He Sings, Now He Sobs, grabados en 1966 y 1968, respectivamente.
Formó parte del grupo de Miles Davis, con quien grabó discos fundamentales del jazz de fusión, experiencia que luego amplió con su grupo Return to Forever, con el que gozó de un gran éxito comercial. Más adelante, en su carrera combinaría los formatos acústicos y eléctricos.
Para Corea, la música era una manera de comunicarse con la gente, ya fuera una persona o diez mil, afirmó. "Es algo que nos lleva más allá del mero hecho de tratar de sobrevivir. Obtienes un placer de la vida al crear algo o al escuchar la creación de alguien más. El arte nos lleva a un lugar que yo siento que es muy natural para el espíritu de todos. Por eso no tienes que practicar para entender el arte, es algo que sabes de nacimiento. Para mí eso es la música”.
El pianista y compositor declaró que estaba contra los puristas, porque “nada en la vida es puro. Todo lo que hacemos es una mezcla. En el mundo somos millones de personas y hay una mezcla de lenguajes, de culturas, de música y diferentes cosas. Pero algo a lo que todos aspiramos como seres humanos es a tener placer en la vida todos juntos. Esto se refleja en el jazz por ser una música con un proceso muy inclusivo. Es difícil decir lo que es el jazz o lo que no, pero para mí lo emocionante de la música es incluir más cosas y combinarlas, y no excluirlas”.
Declaración de libertad
A su juicio, cualquier forma de arte, hecha con libertad de expresión, es una declaración de esta libertad. “No tiene que estar en contra de nada particularmente, pero puede ser una declaración de que cómo seres humanos buscamos expresarnos libremente. Por ejemplo, avant garde es un término que simplemente significa estar delante de, pero cada uno tiene su forma de entenderlo. No hay significados definitivos. Actualmente el mundo es un libro completamente abierto, así que ya no hay necesidad de separar tanto las cosas”.
Al referirse a sus muchas formas de abordar la música, agregó “puedo hablar por mí, pero también por muchos otros músicos: cuando creamos o hacemos música nueva no pensamos en si será flamenco, avant garde o samba. Adoro crear música y sigo mis intereses. Me gusta sentarme al piano para experimentar y una de las cosas que más me gustan es encontrar a otros músicos que experimentan para tocar con ellos. Eso me da mucha experiencia, aprendizaje, diversión y nuevas ideas”.
Hijo de un padre trompetista, desde pequeño se sintió atraído por la música que escuchaba cuando su padre llevaba a los músicos de su grupo a casa después del trabajo, lo que, en sus palabras, “creaba una atmósfera cálida, amorosa y espiritual. Yo experimenté estar con ellos, para luego tocar con ellos. Adoraban al chamaquito que andaba por ahí y tocaba el piano. Luego toqué un poco de batería. Mi atracción hacia la música fue la atmósfera creativa. Nunca me cruzó por la mente hacer otra cosa y me da gusto que fuera así”, remató con una sonrisa tan cálida como su música.
Su último mensaje
Antes de partir, Chick Corea dejó un mensaje a los músicos que tocaron con él y a quienes siguieron su carrera con fervor. “Quiero agradecer a todos aquellos que a lo largo de mi viaje me ayudaron a mantener el fuego de la música ardiendo intensamente. Mi misión siempre ha sido compartir la alegría de crear donde quiera que pude, y poder hacerlo con todos los artistas que admiro con tanto cariño: esto ha sido la riqueza de mi vida”.
PCL