Alguna vez Christo Vladimirov Javacheff, escultor, fotógrafo y artista conceptual, mejor conocido como Christo, afirmó que “el trabajo del arte es un grito de libertad”. Ayer, sus monumentales expresiones de libertad quedaron huérfanas al fallecer en su casa de Nueva York a los 84 años.
Once años antes había muerto su esposa, Jean-Claude Marie de Guillebon, con quien compartió su trabajo creativo durante casi 60 años.
Al informar sobre su pérdida, en su cuenta de Twitter se dice que “Christo y Jeanne-Claude siempre han dejado en claro que sus obras de arte continuarían después de su muerte”. De ahí el compromiso de mantener en agenda su proyecto de envolver el Arco del Triunfo de París, pospuesto por la pandemia de covid-19, que se llevará a cabo del 18 de septiembre al 3 de octubre del próximo año.
Christo nació el 13 de junio de 1935 en Gabrovo, Bulgaria, mientras que Jeanne-Claude coincidió en la misma fecha, aunque en Casablanca, Marruecos, de padres franceses. Él se crió en Sofía, pero huyó del régimen comunista para irse a vivir a Viena y Praga, y después residir en París, donde sobrevivió gracias a su habilidad para hacer retratos. En uno de esos encargos conoció a la madre de Jeanne-Claude, por lo que entabló relación con la hija, que se convertiría en su pareja amorosa y creativa desde 1962.
Obras perturbadoras
El artista, quien consideraba que “el mundo real involucra todo: riesgo, peligro, belleza, energía”, en compañía de Jeanne-Claude hizo de la envoltura monumental un arte único. Juntos cubrieron con telas entornos naturales o edificios y monumentos de gran tradición.
Así, en 1969 cubrieron con lienzos blancos la costa de Little Bay en Australia. Entre 1970 y 1972 armaron una cordillera de tela naranja en Rifle, Colorado y en 1975 cubrieron el Puente Nuevo de París con lienzos amarillos.
Cuando en 2005 la National Gallery de Washington presentaba la exposición Christo y Jeanne-Claude en la colección Vogel, el mundo estaba más pendiente de Las puertas, proyecto para Central Park, Ciudad de Nueva York, cuando se colocaron 7 mil 503 puertas en el emblemático parque.
En 1991 sembraron mil 340 sombrillas azules en el valle del río Sato en Japón y, la misma cantidad, pero en color amarillo, en un valle del sur de California. En 1995 empaquetaron de blanco el edificio del Parlamento en Berlín, lo que le dio un aspecto fantasmal.
También erigieron entre 1998 y 1999 un muro con 13 mil barriles de petróleo multicolores en Overhausen, Alemania, y en 1992 cubrieron con mantos la caprichosa geografía del río Colorado, en Estados Unidos.
Christo dijo en alguna ocasión: “No quiero usar claves políticas, literarias o religiosas para hablar de mi trabajo. Si queremos, es política en sí misma. ¿Tienes alguna idea de lo que puede significar obtener permiso para empacar? ¿Reichstag? (que fue sede del parlamento de la República de Weimar). ¿Convencer al señor Helmut Kohl (el canciller alemán)? ¿Obligarlos a votar por algo que aún no existe, excepto en la imaginación? Esta es una dimensión política real, no una ilustración de la política, sino una visión política pura”
Milagro en el agua
En Italia, en el Lago Lombard, el escultor concibió una larga pasarela de polietileno para que la gente realizara el milagro de caminar sobre el agua.
Centro Pompidou
En cuanto retome actividades el Centro Pompidou presentará la muestra ¡Christo y Jeanne Claude, París!, que recorre sus años en esa ciudad y su proyecto de envolver el Puente Nuevo.
Monumentos
En 1973, con telas y cuerdas cubrió los monumentos a Da Vinci en la Plaza de la Scala, y al rey Víctor Manuel, en la Plaza de la Catedral en Milán.