Adiós Lucio, adiós Alejandro

Se han ido dos que eran tesoros vivientes del teatro mexicano: Lucio Espíndola y Alejandro Luna.

Se han ido dos que eran tesoros vivientes del teatro mexicano: Lucio Espíndola y Alejandro Luna.
Jaime Chabaud Magnus
Ciudad de México /

Se han ido dos que eran tesoros vivientes del teatro mexicano: Lucio Espíndola y Alejandro Luna. El primero, un par de días antes que el segundo. Este 2022 la parca ha sido prolija en sembrarnos ausencias: Mauricio Davison, Héctor Bonilla, Adriana Roel, Alonso Echánove, Xavier Robles, Jorge Fons, etcétera. La lista es muy larga y ha impactado en el teatro y el cine por lo queridos que eran los personajes: su mutis astral. Me llama la atención que en el caso de Lucio, que se dedicaba al “modesto” arte de los títeres, los titulares en prensa y en redes sociales fuesen tan escasos. No sé por qué me molesta pensar que alguien tan inmenso como este artista titiritero pudiese pasar más o menos desapercibido. Era tan grande como Alejandro Luna pero sin el aura de rockstar de éste. Simplemente su arte es menos valorado y continuamos con los prejuicios sobre aquellos que dedican su vida a producir sensibilidad en las infancias, como si de algo menor se tratase.

Y no se me malentienda, quise a ambos por igual, les admiré por igual. El arquitecto, escenógrafo y pensador del teatro Alejandro Luna, es piedra angular de la transformación de la escenografía y la iluminación en el teatro mexicano. Digamos que Luna dio el puntapié final para que la modernidad en la teatralidad al fin entrara en los escenarios mexicanos, por decirlo de alguna manera. Aunque me regañaba en todo momento Alejandro (porque era su deporte regañar y ser un provocador) le quise y admiré y era nutritivo y divertidísimo charlar con ese sabio agrio e irónico. Su legado es inmenso y nuestra deuda con semejante monstruo creativo impagable; no son palabras huecas.

Lucio Espíndola introdujo y desarrolló el arte de los títeres en Morelos, cuando el grupo Mascarones revolucionaba otros espacios de lo político y comunitario en la entidad en los años 70 y 80. Y Lucio forma parte de la más grande transformación vivida en el teatro para niños mexicano y latinoamericano. Con Marionetas de la Esquina (al lado de Lourdes Pérez Gay), Espíndola es uno de los grandes renovadores del arte escénico para las infancias. Descansen en paz.

Traspunte

Referentes que prevalecerán

Es inevitable, cuando se nos van nuestros referentes, los maestros, albergar un sentimiento de orfandad. No hay manera de no sentirlo porque en gran medida las condiciones buenas, malas o regulares del cómo se produce teatro en México o qué estéticas prevalecen, se les debe. Que las nuevas generaciones lo ignoren es otro cantar.

LAS MÁS VISTAS

¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión aquí.

Crea tu cuenta ¡GRATIS! para seguir leyendo

No te cuesta nada, únete al periodismo con carácter.

Hola, todavía no has validado tu correo electrónico

Para continuar leyendo da click en continuar.