En el ajedrez se requiere no solo habilidad mental sino también rapidez para, con 16 piezas, hacer sucumbir al rey del contrincante, y para lograr este objetivo hay muchas estrategias y movimientos sobre el tablero, casi todos estudiados por los asiduos del juego.
Hoy, por ser la conmemoración mundial de este juego que es considerado deporte pero también una forma de esparcimiento que resulta educativa y terapéutica, te compartimos su origen e historia.
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El origen de este juego de rapidez intelectual tiene varias versiones, algunas muy fantasiosas. Pero en la que muchos estudiosos del ajedrez coinciden es que su antecesor es el chaturanga, que se jugaba en la India en un tablero que representaba una batalla.
“Del chaturanga proviene el shatranj, una variante jugada principalmente en Persia que conserva la mayoría de sus características. Como este, muchos de los juegos derivados del chaturanga —y también del shatranj— poseen piezas en común, como la alferza, predecesora de la reina; el elefante —llamado ‘alfil’, derivado de ‘al pil’ en persa, ‘el elefante’ —, predecesor del alfil moderno; la torre o Carro de Guerra; el rey, que define el final del juego; y los peones, soldados o infantería”, indica la página del Instituto Nacional de Educación Física (INEFI) de Republica Dominicana.
Destaca que hay un mito muy popular que se ha relacionado con el nacimiento del ajedrez: la leyenda de Sisa, un siervo al que su señor le pidió crear un juego entretenido. Sisa desarrolló el ajedrez y a modo de recompensa por su creatividad pidió un grano de trigo por el primer cuadrado, dos por el segundo, cuatro en el tercero y así hasta llegar a las 64 casillas.
Llegada del ajedrez a Europa
La invasión árabe a la Península Ibérica fue la responsable de la llegada del ajedrez a Europa. “Las primeras piezas de ajedrez en Europa, datadas en el año 900, fueron encontradas en Peñalba de Santiago, conociéndoselas como 'las piezas o bolos de San Genadio'. En esa época la dama no existía, era la alferza la que ocupaba esa casilla, y con un movimiento mucho más limitado, que figura en un códice del siglo XIII de Alfonso X el Sabio”, agrega el INEFI de Republica Dominicana.
Destaca que el primer registro por escrito del juego en tierras europeas tuvo lugar en el poema Versus de Scachis, encontrado en la ciudad suiza de Einsiedeln.
A finales del siglo XV, se instituyó en Valencia la pieza de La dama inspirada en la Reina Isabel la Católica, según el historiador José Antonio Garzón Roger.
En 1749, con la publicación del libro L'analyse des échecs, del ajedrecista francés Phildor, algunas personas datan el nacimiento de la época moderna del ajedrez, pues de esta obra surgió la primera escuela de pensamiento del ajedrez, la Escuela de Philidor, y su oposición, la escuela italiana.
En 1851 se celebró el primer torneo internacional de ajedrez en Londres, en el que se consagró el alemán Adolf Anderssen.
Y en 1924 se funda en París la Fédération Internationale des Échecs (FIDE), que, explica el INEFI, “cuenta con unos 175 países miembros. Es la segunda mayor federación deportiva del mundo tras la FIFA que tiene 180 países afiliados. Su divisa en Gens una sumus, que proclama, un tanto ingenuamente, los ideales de sus fundadores”.
Llegada del ajedrez a América
“El primer ajedrecista nacido en América fue Atahualpa, último soberano del Imperio Inca. Los conquistadores del Perú, al mando del español Francisco Pizarro, capturaron y encarcelaron a Atahualpa en Cajamarca; quien estando en prisión hizo amistad con algunos de ellos, quienes le enseñaron los juegos europeos de dados, naipes y, por supuesto, ajedrez. Atahualpa era tan inteligente que en 20 días aprendió la lengua castellana y el juego de ajedrez. Es decir, que en plena conquista del Perú -año 1533- ya se inició el conocimiento del juego ciencia en el Nuevo Mundo”, señala el sitio del gobierno de Colombia.
hc