En abril de este año las calles de Lille, Francia, se llenaron de color gracias al trabajo de artesanos mexicanos y a los 40 kilómetros de papel picado que volaron en la inauguración del Festival lille3000 Eldorado, encuentro que finaliza el 1 de diciembre y donde México es el invitado de honor.
El productor francés Romain Greco comenta que para la preparación de las actividades que se desarrollan en los ochos meses que dura el festival fueron necesarios dos años de trabajo. De la mano de artesanos del Museo de Arte Popular de México, 11 alebrijes monumentales fueron elaborados para la ciudad francesa, mismos que estuvieron acompañados por los Mexicráneos, piezas intervenidas por artistas que fueron exhibidas en 2008 en Paseo de la Reforma.
En la ciudad francesa de un gris natural el tema de la muerte se hizo presente: “La población francesa ha recibido el arte mexicano con mucha curiosidad porque la muerte no es un tema fácil para los europeos; sin embargo, las calaveras y los alebrijes les han fascinado”. El éxito ha sido tal que, a partir de diciembre, ambos elementos se instalarán en París, en el Parque de la Villete. Y no solo eso, “al parecer, otras ciudades están pidiendo formar parte de esta maravilla visual”, adelanta Greco.
A la celebración mexicana en Lille, se unieron otras figuras emblemáticas como La Catrina, las imágenes de Frida Kahlo y Diego Rivera, además de carrozas, danzantes, diablos, mariachis y chinelos. En la manifestación cultural también hubo un espectáculo de lucha libre, que tuvo tal éxito, que uno de los luchadores mexicanos impartirá un taller de su especialidad.
Riqueza cultural
Se organizaron más de 400 actividades dedicadas a México, tanto en el terreno de la música, como en exposiciones de arte tradicional y moderno, instalaciones, talleres y otras.
“La idea era tener una visión y un espacio donde México muestre su riqueza cultural, un sitio donde artistas europeos encontraron un terreno muy fértil para su inspiración; incluso, hoy día el arte contemporáneo en México se está convirtiendo junto a sitios como Berlín, París o Nueva York, en una plaza importante en la creación”, afirma Greco.
Eldorado —que hace referencia al oro—, que en el caso de México es la magia en cuanto al significado de su riqueza cultural y artística, “hace que uno encuentre lo que pudo haber soñado. México es más allá de los temas negativos como la violencia y el narcotráfico, es un sitio muy rico”.
En cuanto a la música, se pudieron escuchar melodías como “Dios nunca muere”, tema ejecutado por alrededor de 40 músicos oaxaqueños y que sirvieron de inspiración e intercambio para que otros intérpretes de la región hicieran replegar las mismas partituras en otros pueblos del norte de Francia. Otra actividad fue la capacitación de maestros artesanos a varios profesores, los cuales a su vez enseñaron a sus alumnos a crear sus alebrijes, que después fueron expuestos.
Otras instituciones que abrigaron el festival fueron el Museo de Arte Moderno y el Palacio de Bellas Artes, mientras que maestros artesanos huicholes también impartieron talleres e inclusive se fabricó una cerveza especial con el tema de Eldorado.
“Lo que tiene el arte mexicano es que, al mismo tiempo que es contemporáneo, a través de las manifestaciones artísticas nunca pierde su identidad, su lugar de procedencia: ejemplo de ello es Toledo. En el arte mexicano se puede ver México, aunque el cuadro sea contemporáneo”.
500 Artistas y artesanos mexicanos, además de músicos, talleristas y colaboradores, participan.
9 Millones de euros fue la inversión para la quinta edición de este encuentro cultural.
11 Monumentales alebrijes de fibra de vidrio fueron realizados para exponerse al aire libre.
350 Mil personas se reunieron y disfrutaron del desfile de inauguración.